"Les lliçons de la història. Reflexions sobre Espanya, Castella, Catalunya"

Si alguien quiere leer una reflexión sobre el encaje de Catalunya con España y hacer una breve excursión por los caminos de la historia de Catalunya puede leer　"Les lliçons de la historia. Reflexions sobre Espanya, Castella, Catalunya" de Ramon d’Abadal i de Vinyals, recién publicadas (La Magrana. 2010). Lo curioso es que el autor, catalán, historiador, periodista y conservador, doctorado en Madrid, y estudiante en Paris falleció en 1970. La publicación recoge sus últimos textos inéditos, escritos en la lengua que el régimen del dictador llamo vernácula en el intento de difuminar la verdadera lengua de la nación catalana y mantiene una total actualidad- Y saco a colación su carácter conservador para exponer algunas, aunque pocas para poder ceñirme al espacio disponible, de sus ideas sobre la situación catalana, que lleva siglos condicionada y que hoy, dentro de un hoy largo, crudo, asfixiante, obsesivo y conculcador de los derechos de una nación, estamos viviendo. Catalunya tiene una desgracia, es un pueblo pequeño al lado de dos pueblos grandes, Castilla y Francia. Como siempre el pez grande se come el chico. Su demografía pequeña y reducida no le impidió repoblar en la reconquista a Valencia, aunque a algunos no les guste,　y Mallorca. Siempre ha sido un país pobre en recursos, aunque algunos no quieren reconocerlo, sin riquezas naturales, lo que le llevo a su expansión comercial mediterránea ya que no le fue posible participar en la expansión americana, dilapidada lamentablemente por Castilla. Pero reivindicando el concepto de nación, las invasiones de godos, árabes, francos….…no consiguieron diluir la personalidad histórica de Catalunya ni impedir la conservación activa de su lengua propia. Al finalizar, en Granada, 　la Hispania mora se produce una integración nacional española, pero nunca una unificación, causa eterna de un cierre ajeno a la actual civilización occidental a la que nos hemos unido con evidente retraso. Pero entre los siglos XII y XIV Cataluña fue un pueblo independiente, pleno y grande. Luego siguieron cinco siglos de provincianismo periférico. Las causas son muchas. Se iniciaron con la peste de 1347 que diezmó la población, sometiéndola a la pobreza y a los consiguientes conflictos internos, desde los remences a los rabassaires del siglo XX. A ello siguió un compromiso de Caspe, el manido "tanto monta monta tanto" que no dejó de ser un slogan vacío, teórico y carente de igualdad entre las dos naciones. Y para llegar a su fin basta recordar el inicio del Decret de Nova Planta de Felipe V: "habiendo pacificado enteramente mis armas al Principado de Cataluña tocaba a mi soberana establecer gobierno…" Un último salto histórico puede ser el de 1938 cuando Lluis Companys se dirige al Presidente de la República: "La Generalitat ha quedado convertida en una institución sin relieve…..y la esfera de los derechos estatutarios ha quedado dibujada a la semblanza de su antigua Diputación Provincial…" Ramon d’Abadal escribía a Américo Castro en 1966:" El gran problema para nosotros no es saber desde cuando somos catalanes, sino desde cuando somos españoles y que clase de españoles somos". Y cuando como catalanes queremos ser españoles, sin dejar de ser catalanes (hablemos claro, sin dejar de pagar nuestro peaje) ,　se nos niega nuestra propia idiosincrasia, se nos arrebata, posiblemente, hasta lo conseguido en el Estatuto de la transición, ante la ilegalidad, el egocentrismo 　y la palabrería inútil e indecente de los dos partidos mayoritarios de la triste España (y de sus delegaciones en Catalunya), centralista, desorientada, arruinada una vez más pero, eso sí, con aliento imperialista a ultranza. Y una pregunta ingenua que se haría hoy Ramon d’Abadal si viviera: Si los catalanes dicen que basta ya… entraran otra vez los tanques?