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Ingresos fiscales por Hidrocarburos

Ingresos fiscales por Hidrocarburos

lunes 31 de mayo de 2010, 04:53h
Recientemente varias autoridades del Estado han calculado, valores más o menos, que Bolivia venderá gas natural a Brasil y a Argentina por un aproximado de 2.300 millones de dólares en la gestión 2010.

Quienes son conocedores del tema contable, auditores y expertos en cifras del sector hidrocarburos han explicado, contundentemente, que la estatal YPFB tiene la capacidad financiera para apalancar nuevos capitales y ejecutar nuevos proyectos relacionados con industrialización de gas en valor agregado.

Sólo a guisa de ejemplo en la gestión 2009 tuvo a disposición, entre sus partidas, una cifra similar a $us 7.000,oo (siete mil millones de dólares) Con esa capacidad financiera no se han apalancado mayores recursos ni se han iniciado obras de infraestructura energética significativa (gasoductos, plantas de conversión de GTL, termoeléctricas, ampliación de cobertura significativa de redes de GNV y gas domiciliario ni otros).

En lo cotidiano -sin entrar en consideraciones de mega proyectos de industrialización- urge proyectar cifras para generar auto sostenibilidad y abastecimiento de combustibles para el mercado interno, evitando subvenciones e importación de líquido (como diésel desde Venezuela). Ese tema de traer combustible a precio internacional y rifarlo internamente a precio local es otro tiradero de dinero que en algún momento deberán poner algo.

Volvamos a las cifras para 2010: conforme se proyecta por ventas de gas natural a Brasil y Argentina (a donde ya llegan 31,50 y 4 millones de metros cúbicos de gas al día Mmm3d, respectivamente) se llega a dos conclusiones: una contable y otra técnica. La primera tiene que ver con la importancia absoluta de los ingresos por hidrocarburos a la economía nacional, particularmente del gas, pese a que siempre hay algún desubicado que dice que hay que “desgasificar” la economía, algo irrealizable ya que Bolivia tiene por vocación de producción principal a los hidrocarburos y sus derivados; y la segunda conclusión es la necesidad de ampliar mercados a futuro dado que los actuales han demostrado que su demanda supera nuestra oferta, lo que obliga a articular un nuevo mecanismo de producción y obviamente de exploración y posterior certificación de otros reservorios para próximos mercados.

Todo ello con eficientes manejos administrativos y financieros porque sí es posible alianza con compañías y capitales multinacionales en estas áreas sensibles. Estos procesos exigen fuertes inversiones en donde el Estado va a ser socio, tarde o temprano, con “espaldas” financieras multinacionales más grandes que las nuestras.

Pero bueno, con el incremento de volúmenes de exportación y con los buenos precios de nuestro gas en mercados transfronterizos hay un resultado lógico: mayores ingresos para el Estado, para YPFB, para las regiones y municipios. Ojalá que no haya, en consecuencia, a título de “peleas” por ingresos por hidrocarburos, despilfarros en regiones, municipios o Estado central.

Finalmente, estimados y respetados amigos lectores, el gas es el “producto estrella” de la exportación boliviana en el continente, y conforme ya vienen anunciando ejecutivos de compañías de la corporación YPFB podría haber un nuevo proyecto de exportación de gas líquido (LNG) a través del Brasil a Europa. Bolivia siempre estuvo y está abierta a proyectos de exportación de LNG como ya se venía pergeñando desde hace casi una década. Sobre este punto volveremos más tarde.

Pero la cuestión es que el gas es fundamental para la economía boliviana. Por ello urge su diversificación en producción de valor agregado para cambiar la “matriz” de pensamiento económico de “percibir renta” a percibir rentabilidad por concepto de negocios compartidos entre Estado-privados en áreas críticas de la industrialización.

La “buena noticia” de una mayor exportación de gas natural es que adicionalmente se puede “desinflar” un poco la demanda de GLP y de combustibles internamente, a mayor producción de gas mayor producción de líquidos (gas licuado de petróleo GLP, derivados, y gasolina). Lógicamente éste tema de suministro de GLP y combustible al mercado interno debe ser tratado, estructuralmente.

Lo importante es no afincar el modelo de desarrollo energético en el “rentismo”, sino por el contrario se subraya la posibilidad de ser parte activa de procesos de industrialización de gas en valor agregado, utilizando los excedentes actuales de los ingresos por exportación de gas. Lo interesante sería que, en el marco de una nueva Ley de Hidrocarburos, tanto el Estado central cuanto gobernaciones productoras se asocien con capitales externos para encarara proyectos específicos en valor agregado.
A los montos señalados se deben “agregar” los 1000 (mil millones de dólares) que aún no se han ejecutado y que el Banco Central puso a disposición de Ypfb, y la posibilidad de utilizar hasta 4000 (cuatro mil millones de dólares) para diseñar proyectos de petroquímica, termoeléctricas y exportación de LNG.

Boris Gómez Úzqueda, es máster en Administración, ejecutivo de una compañía de servicios en industria, energía, tecnología e hidrocarburos.
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