Sarkozy llama a ex ministros socialistas para su gabinete

Desde que volvió de su controvertido descanso en Malta, Nicolas Sarkozy se encerró para preparar su gobierno. Algo inédito en Francia para un presidente que oficialmente aún no fue investido.
 
Desde el jueves pasado recibió a personalidades de todo tipo. Incluso socialistas generando rumores e hipótesis sobre quiénes formarán parte de su futuro gobierno.
 
Según las versiones, Sarkozy habría ofrecido el cargo de ministro de Relaciones Exteriores a los ex ministros socialistas Hubert Védrine (presidente del Instituto François Mitterrand y ex canciller) y Bernard Kouchner (fundador de Médicos Sin Fronteras y ex ministro de Salud). La decisión no fue tomada aún y los interesados no hicieron comentarios.
 
Ayer, al renunciar a la presidencia del partido conservador, Unión para un Movimiento Popular (UMP), Sarkozy afirmó que "un responsable político tiene que tender la mano (...) para convencer más allá de su esfera natural". Añadió que la política "es la capacidad de abrirse a los otros, los que tienen otra historia y otra sensibilidad".
 
Esta estrategia cayó mal en el Partido Socialista, donde la crisis se agrava desde la derrota electoral. Una eventual inclusión en un gobierno de derecha de ministros de izquierda no contribuiría a la unidad del partido cuando faltan pocas semanas para las elecciones legislativas de junio. Pero también cayó mal en las filas del su propio partido conservador.
 
Sarkozy anunció que formaría un gobierno de sólo 15 ministros, donde se respetará la paridad entre hombres y mujeres. Por ello, muchos responsables del UMP ven cada vez más difícil una eventual nominación. Menos aún si se incluyen ministros de otras corrientes políticas.

Llama el saliente Chirac a la unidad

El saliente presidente de Francia, Jacques Chirac llamó a los franceses a mantenerse "unidos y solidarios", en un discurso de adiós tras doce años en la jefatura del Estado, y afirmó que pasará el relevo este miércoles a Nicolas Sarkozy "con el orgullo del deber cumplido".

"Permaneced siempre unidos y sed solidarios" pese a las "diferencias", dijo Chirac, de 74 años, en su última alocución televisiva como presidente de la República, la víspera del traspaso de poderes a su sucesor Nicolas Sarkozy.

"Una nación es una familia. Este vínculo que nos une es nuestro bien más preciado", dijo el presidente. "A través del diálogo y de la concordia debemos reconocernos en lo esencial. Así seguiremos avanzando (...) En la unión y el respeto de nuestra diversidad y de nuestros valores", consideró.

"Unida, (...) Francia se afirmará como una tierra ejemplar de progreso y prosperidad", añadió.

En su última intervención solemne, que duró menos de cinco minutos, Jacques Chirac manifestó el "gran honor" de haber trabajado para Francia y evocó "la fuerza del vínculo que, desde lo más profundo de (su) corazón" lo une al pueblo francés.

Jacques Chirac también transmitió sus mejores deseos a Nicolas Sarkozy, quien propugnó durante su campaña una "ruptura" con el pasado.

"Sé que el nuevo presidente de la República, Nicolas Sarkozy, tendrá como principal preocupación llevar a nuestro país adelante en el futuro", declaró Chirac.

Las relaciones entre el presidente saliente y Sarkozy conocieron numerosos escollos en el pasado.

Chirac se sintió "traicionado" cuando Sarkozy hizo campaña en favor de Edouard Balladur, su rival en la campaña presidencial de 1995.

En su discurso de adiós a los franceses tras cuarenta años de carrera política, Jacques Chirac precisó que mantendrá su combate en favor del "diálogo entre las culturas y el desarrollo sostenible", a través de la fundación que quiere crear, y aportando su "experiencia" y su "voluntad de actuar para hacer avanzar proyectos concretos en Francia y en el mundo".