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Index librorum prohibitorum

Index librorum prohibitorum

jueves 12 de agosto de 2010, 12:35h
Y todavía añadían ‘et expurgatorum’, para redondear mejor su ideología.   ¿Existe algún antídoto para no embrutecerse durante las vacaciones?   Indudablemente los libros forman el anti veneno del ocio estulto. Si los amontonamos toman forma de Biblioteca, un lugar donde viven y duermen, con la esperanza de que un humano insomne, hurgador de inquietudes, los despierte para iniciar uno de aquellos diálogos solitarios, silenciosos y urgentes, que van modelando cerebros y creando nódulos neuronales que agiten inquietudes.   Se puede alegar que entrar en una Biblioteca equivale a meterse en un Manicomio o en un Laberinto, Minotauro incluido, donde sin hilo de Ariadna, muchos son los extraviados que acaban devorados por el ilustre monstruo escondido entre los recovecos de tanto pasillo y estante.   Para los lectores más selectos y exigentes, les recomendaría el archivo secreto de la Bibliotheca Vaticana, fundada a comienzos del XVII, que alberga unos 150.000 volúmenes, así como una parte ‘riservatta’ llamada ‘el infierno’, con 4 Km. de estanterías subterráneas, a las que solo se puede acceder previa recomendación cardenalicia.    Allí se introdujo, por ejemplo, el embajador y escritor Roger Pyereffite, y allí encontró material incendiario para escribir obras como ‘Las llaves de San Pedro’ donde aludía a la supuesta homosexualidad de Pio XII llamándole ‘ella’ o llamando Juana a Juan XXIII, mientras en ‘La naturaleza del príncipe’ establece como, bajo el pontificado de Gregorio XIII, se comprobó la consumación del matrimonio entre Vicente Gonzaga, duque de Mantua, con su prima hermana Leonor de Médici, mediante la visualización de las tres condiciones canónicas de la ‘erectio, introductio et emissio’ .   Este Índice forma un selecto y escogido catálogo de las obras básicas de la cultura occidental que ningún lector inteligente debe perderse. Allí encontraremos el ‘elogio de la estulticia’ de Erasmo de Rotterdam, al eximio François Rabelais, a Hobbes, Hume, Diderot, Zola, Sade, Stuart Mill o Gide, entre otros.   No pierdan el tiempo con novelas góticas, falsos best sellers, ni gilipolleces nórdicas. Entre mis últimas lecturas les puedo recomendar ‘La familia Wittgenstein’ de Alexander Waught, todos los de de John Banville, y mi último tesoro, ‘La cocina canibal’ de Roland Topor, donde hallarán maravillosas recetas de cómo se debe guisar a un diabético, un niño pobre o a un alcohólico y su sabrosa cirrosis de hígado.
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