Esta es la principal novedad, procedente de los peritos que investigaron estos pormenores, desprendida de los testimonios prestados hoy por los distintos testigos que han comparecido en la Sala del Jurado de la Audiencia de Málaga, en la tercera jornada de la segunda semana de la vista.
Tampoco el resto de los testimonios prestados durante esta nueva sesión han aportado mucha más luz, por cuanto de ellos se desprende que el cuerpo de Rocío fue encontrado en tan avanzado estado de descomposición por las condiciones desérticas de la zona y no por haber sido sometido a acción corrosiva externa alguna, y que el asesino (o asesinos) pudo haber utilizado más de un arma en la acción criminal, aunque de muy parecidas características.
Además, otro de los testigos indicó que el cuerpo de la joven presentaba ocho heridas en la espalda en una zona de unos catorce centímetros de radio, y una en la parte delantera izquierda, lo que no concuerda por el número ni el lugar de las heridas declaradas por Tony Alexander King en su primitiva confesión de los hechos… ni con su afirmación la semana pasada, ante el Tribunal, de que él no la mató pero sí vio cómo Dolores Vázquez apuñalaba a Rocío por la espalda y su amigo Robert Graham le cortaba el cuello porque aún vivía.