Las claves de la subida de impuestos: más impuestos para gastar más

En agosto, con premeditación y alevosía dadas las ausencias vacacionales, el Gobierno calienta motores ante la que se nos avecina en septiembre. Me refiero a la confirmación de que el Ejecutivo subirá los impuestos en 2011, que esta vez ha sido reconfirmada vía entrevista por un pletórico José Blanco, cerrado el conflicto con los controladores sin demasiada sangre.

Y no es casual porque unos días antes, y ante el magro dato de crecimiento económico de España en contraste con el de Alemania, el segundo de a bordo de Elena Salgado, José Manuel Campa, ya preparaba el terreno al advertir de que serían necesarios más ajustes si el recortazo para cumplir con el déficit exigido por Bruselas se quedaba corto.

Es decir, que final tragamos con la subida de impuestos para seguir financiando el tremendo agujero de gasto en el que estamos. Ya se sabe que quedan 10.000 millones adicionales que recortar para cumplir con el objetivo de déficit en 2011. El Ejecutivo tiene que reducir el déficit en 5.000 millones adicionales (un 0,5% del PIB) este año y en otros 10.000 millones el que viene (1%), respecto a las previsiones del Programa de Estabilidad. El año pasado el agujero de las cuentas públicas alcanzó el 11,4% del PIB. Con los nuevos recortes el déficit en este año debería reducirse hasta el 9,3% (en lugar del 9,8% previsto) y el que viene hasta el 6,5%, un punto por debajo de la previsión del programa de estabilidad remitida en su momento por el Gobierno a Bruselas.

Y vista la evidencia, como ciudadana me molestan dos cosas. Una, la argumentación de Blanco, que lo justifica en que tenemos los impuestos más bajos de Europa y que será necesaria la subida si queremos disfrutar de servicios. Pero, ¿desde cuándo es malo tener impuestos bajos, y lo que es más importante, ganamos lo mismo que nuestros vecinos para justificar tasas más altas? Estados Unidos los tiene, y Alemania, Francia o Reino Unido los han bajado en cuanto han podido.

La política fiscal no es cuestión de ser más que un país, o menos que otro, es una cuestión de relación entre ingresos e impuestos. Se grava más cuando se ingresa más, o cuando la bonanza lo permite; en España uno de cada tres euros que se ingresa va a parar a Hacienda, es decir un 33% de cada cien euros, frente a una media del 40% en Europa. Pero la presión fiscal está directamente relacionada con los salarios, y desde luego poco tiene que ver la España mileurista con los ingresos de nuetros congéneres alemanes, franceses o británicos.

La segunda esá relacionada con la manera de este Gobierno de gestionar los gastos. Nuestros impuestos sirven, ministro Blanco, para financiar los gastos de este país, eso que llaman el Estado del Bienestar: subvenciones, pensiones,infraestructuras, paro, sanidad...Estamos de acuerdo en que la brutal crisis se está llevando nuestras reservas, pero el Gobierno había llevado a cabo un plan de ajuste para llevar a mínimos el gasto y dejarlo en lo imprescindible, y es tarea y obligación gestionarlo lo mejor posible.

Pero lo que ha dejado traslucir este plan de ajuste es que ni se ha recortado el gasto de administraciones públicas (perdón, a los funcionarios y pensionistas sí, que son los únicos que pueden seguir manteniendo el consumo); ni las comunidades autónomas se lo han tomado en serio; ni el empleo público ha disminuido; ni la reforma laboral está enfocada a crear empleo, sino a abaratar y cargar sobre el Estado las indemnizaciones. No hay más que echar un vistazo a los últimos datos sobre déficit público, que han mejorado únicamente por la mayor recaudación del IVA y del IRPF, por la eliminación de la rebaja fiscal de los 400 euros y la subida del timpo impositivo que se aplica sobre ahorros y plusvalías. Pese a ello, los gastos de la administración central siguen siendo mayores que los ingresos: en total, 86.519 millones de euros, un 0,6 por ciento más que en el mismo período de 2009, frente a unos ingresos de 56.754 millones (el 22,2 por ciento más). Mientras, el único impuesto que retrocede en recaudación es, ¿adivinan cuál?, el de Sociedades, que cae un 14,5%.

De modo, que sólo queda pedir que no nos tomen por tontos a los sufridos ciudadanos. Nos suben los impuestos, pero no porque los tengamos bajos, sino para remendar y seguir pagando el enorme agujero en el que nos han metido con sus decisiones estos malos gestores de los que Blanco forma parte. Y son los impuestos que salen del salario de todos los españoles, incluido Blanco.


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