No se entiende nada

El portavoz monclovita Moraleda niega no solamente a Gara, que aseguró que hubo veinticinco contactos  del Gobierno con ETA-Batasuna, sino a la agencia Europa Press, al diario ABC y a El Mundo (no, El País no da nada de esto), que afirman que la última entrevista entre la banda y enviados del Gobierno se produjo en abril, en Bruselas, y hasta se dan los nombres de los que acudieron a negociar por parte de ETA. Se cuenta también el contenido de la tensa entrevista en la capital belga, y solo faltan los nombres de los negociadores españoles. Así las cosas, con especialistas en el País Vasco de la talla de la periodista Angeles Escrivá (El Mundo), con la seriedad e la agencia EP apostando por la existencia de esta reunión, se hace un poco cuesta arriba creer en los tajantes desmentidos de José Blanco y de Fernando Moraleda.

El presidente Zapatero ha callado hasta hoy. Pero todo indica que algo dirá, aunque sea en uno de esos ‘off the records’ que trascienden de inmediato, hoy en Sevilla, donde tiene marcado un muy oportuno encuentro con los periodistas que siguen su campaña. ¿Lo va a desmentir todo, frente a lo que empieza a ser una apabullante evidencia? Este periódico siempre se ha manifestado a favor de la negociación, sin dejar la vía policial, para acabar con la pesadilla. Negociación por supuesto sin concesiones inasumibles para la ciudadanía. Lo que está ocurriendo es el peor escenario para el Gobierno: nadie le cree, y los mensajes de la oposición en el sentido de que Zapatero hace ‘favores’ al mundo etarra –paseos de De Juana, candidaturas de ANV…-- están calando, aunque no sean ciertos. Y, encima, ese mundo etarra, kaleborrokero, antisistema, también está enfadado con el Ejecutivo de ZP, y casi hasta pegan al ministro de Justicia.

Mal, muy mal, la estrategia de comunicación. A Moraleda lo utilizan para apagar fuegos, pero no le dan manguera. ¿Será verdad que a ZP le sigue aconsejando el ex portavoz Barroso? Si así es, más vale que cambie urgentemente de asesores; se está dejando mucha carne en este asador implacable del proceso de paz. Más valdría que dijese la verdad de una vez, porque tenemos la sensación de que la ciudadanía entiende perfectamente que el diálogo con ETA -sin olvidar, insistimos, la represión de cualquier desmán, y garantizando que los culpables paguen sus correspondientes años de cárcel- es necesario, como lo fue en Irlanda del Norte. Y todos entendemos también que una negociación, la que sea, no hay que radiarla. Tampoco negarla.