Fíjense ustedes. Aquí no habla en el Ministerio del Interior nadie más que
Rubalcaba. Y siempre dando buenas noticias u opinando. O yendo a visitar al sátrapa de Marruecos, sin pasar por Melilla. Como
Aznar, que en ocho años de gobierno nunca fue a la Ciudad Autónoma. Y opina. Y se equivoca.
Apuesta por
Trinidad Jiménez. Él es amigo de
Lizavetsky, no de Trinidad. Tan solo compañera de gabinete. Cuando
Zapatero,
Trinidad,
Caldera,
Sevilla... idearon su plataforma electoral, Rubalcaba estaba con
Bono, no con Zapatero. Y ahora es más
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oficialista que
Pablo Iglesias. Y sabe que Trinidad como ministra deja mucho que desear. No es tan tosca como
Celia Villalobos, pero recordemos el affaire de la gripe A y lo que le costó al erario público su millonaria compra de Tamiflú. ¿Es eso ser una buena ministra?. Por lo demás, nada con sifón.
Lo más grave es que ha criticado a Tomás Gómez porque dice que no lo conoce nadie. No es lo mismo haber pasado por una campaña perdedora para Madrid, que eso da conocimiento y la gente se acuerda de la chupa roja y ser ministra, después de haber sido secretaria de estado de Iberoamérica, que secretario general de la Federación Socialista madrileña, que eso, da poco perfil pero te hace conocer Madrid mucho más que lo que lo conoce la malagueña Jiménez. Y decir que el único mérito de Tomás Gómez es haberle dicho NO a Zapatero, es una ofensa para Gómez. Este tiene mucho más bagaje que todo eso. Mal deben de irle las cosas a Jiménez para que Rubalcaba apoye tan sectariamente a Trinidad, ofendiendo a Gómez. Ya solo con esto, podemos decir que Gómez ha ganado.
Si (
No(
