El acto comenzó a las doce del mediodía con un calor sofocante dada la cantidad de gente que abarrotaba la sala. En su despacho de la sede regional ya les esperaba el secretario regional,
Tomás Gómez, que para poder recibirles y hacerse la consabida foto había adelantado una hora su habitual periplo por Madrid para denunciar los “incumplimientos de
Esperanza Aguirre”. Esta vez le tocaba en el barrio de Moratalaz.
El asunto de la foto trajo polémica ya que en un principio tan solo dejaron entrar a un reportero gráfico de la agencia EFE para que distribuyera la imagen al resto de los medios. Pero los demás cámaras de televisión y los numerosos fotógrafos que cubrían el acto y que llevaban sudando la gota gorda cerca de una hora para realizar su trabajo, se indignaron y protestaron, ante lo cual
Trini, y
Lissavetzky volvieron al despacho de Gómez y
repitieron la escena para todos.
A la candidata la arroparon varios alcaldes madrileños, encabezados por
Pedro Castro, presidente de la FEMP; diputados nacionales, como
Pedro Sánchez, Eduardo Madina –que es miembro de la Ejecutiva Federal-,
Rafael Simancas, o
Elviro Aranda, además del portavoz municipal,
David Lucas, impulsor de su Plataforma de apoyo- y otros dirigentes autonómicos y locales, como
Pedro Zerolo o
Ruth Porta, José Antonio Díaz, que fue rival interno de
Simancas a la secretaria regional. Tampoco quisieron faltar a la presentación de Trini - que estaba muy bronceada pese a haber estado trabajando todo el verano- el ex eurodiputado
Carlos Carnero y la delegada del Gobierno en Madrid,
Soledad Mestre así como la histórica dirigente del partido,
Francisca Sauquillo.
Que piensen "quien es el mejor"
Sin perder en ningún momento su habitual sonrisa, Trini recordó que la fecha del 22 de mayo de 2011 -cita de las autonómicas y municipales-, será decisiva “para cambiar Madrid”, absolutamente convencida de que es posible ganar a Esperanza Aguirre porque “los ciudadanos están cansados y no quieren esperar más”. Por ello – y esa fue prácticamente la única alusión velada que hizo a Gómez- pidió a los militantes del PSM que, cuando les toque votar en las primarias, piensen en “quién es el mejor”, el que tiene más posibilidades de generar “ilusión” y de ganar al PP.
Nada más comenzar su intervención, interrumpida con fuertes aplausos en diversas ocasiones, la ministra de Sanidad hizo un repaso de su vida política y recordó que hace diez años “un pequeño grupo de compañeros –en referencia a la Plataforma de apoyo a Zapatero, Nueva Vía- pusimos en marcha un proyecto para recuperar la ilusión y las ganas de ganar”. Y ese grupo fue el que propició, primero, la victoria de
Zapatero en las primarias internas frente a
José Bono,
Matilde Fernández y
Rosa Díez, y poco después su victoria en las elecciones generales.
Por ello, conminó a los que la apoyan a emular aquella ‘hazaña’ y ayudarla a ganar estas primarias para las que pidió “transparencia” y “responsabilidad”, pero insistiendo en que de lo que se trata es de propinar un proyecto común, y “cohesionado”. En este sentido no ocultó que ella cree que es la candidata que mejor encarna ese proyecto de “ilusión”, palabra que Trini emplea a menudo al igual que lo hacía Cristina Almeida, otro de los fichajes del ‘aparato’ del PSOE para Madrid. Así que invitó a la militancia a decidir “de manera libre y consciente” entre ella y Gómez.
"Mi acento siempre lo tendré"
La ministra tampoco se olvidó de reivindicar sus 30 años en Madrid, a donde llegó “con este acento que tengo y que seguiré teniendo”, ironizó en réplica al dirigente del PP que se lo afeó, comentario que provocó un fuerte aplauso de los presentes.
Tras repasar su trayectoria política de los últimos 25 años, subrayando los numerosos cargos que ha ocupado, hizo hincapié en que estuvo en el Ayuntamiento “en la oposición” cerca de cuatro años". Luego justificó su decisión de presentarse a estas primarias “por compromiso, por responsabilidad con el proyecto emprendido hace diez años, por pasión por la política, por convicción en que hay que transformar la realidad, por fuerza, por respeto y por ganas de construir el destino de mi país”.
Jiménez puso el broche final a su discurso haciendo un guiño deportivo a
Lizavetsky al que le advirtió “si pasamos de cuartos, ganamos”, lo que provocó una última ovación en la sala y la sonrisa complacida del secretario de Estado, al que, como se sabe, le han salido dos rivales con los que tendrá también que competir en primarias si logran los avales suficientes para presentarse.
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