Influencia de Estados Unidos retrocede en América Latina

Aunque era una tendencia que ya se percibía, el año pasado "se notó especialmente, excepto en Colombia y Centroamérica, la falta de adhesión de los Gobiernos" a las iniciativas económicas y vinculadas con la guerra contra el terror de EEUU, dijo a EFE la directora del programa de AI para el continente americano, Susan Lee.

En su informe anual, presentado el miércoles en Londres, la organización destaca que, frente a los avances observados en América Latina, EEUU continúa ejecutando políticas contrarias a los derechos humanos y "sigue sin pedir responsabilidades a altos cargos" por los abusos cometidos con la excusa del terrorismo.

En Latinoamérica, pese a los progresos hechos en algunos campos, persisten las violaciones de los derechos, que a menudo tienen su origen en la inseguridad.

Uno de los países donde esa inseguridad es más patente es Colombia, apunta Amnistía, donde hubo un aumento de las ejecuciones extrajudiciales por grupos vinculados al Estado así como del número de desplazados internos.

En Brasil, muchas comunidades se encuentran entre el fuego cruzado de grupos de delincuentes y las fuerzas del Estado, que ha respondido al conflicto social "de forma represiva" y sin analizar sus causas, como la pobreza.

Amnistía observó en el 2006 que en América Latina las causas de las violaciones de los derechos humanos no son ya tanto ideológicas como económicas, resultado "del fracaso de los Gobiernos en abordar la desigualdad y la pobreza", explica Lee.

En el centro del conflicto, apunta la responsable de Amnistía, está la lucha para acceder a los servicios públicos, como salud o educación, o a la tierra.

Sometidos a la presión de la población civil, algunos Gobiernos, como los de Argentina, Brasil, Uruguay, Venezuela o Bolivia, se han comprometido a afrontar estos problemas, lo que abre las puertas al optimismo, aunque "queda por ver cómo se traducen esas promesas", señala.

Amnistía detectó mejoras también en la cuestión de la impunidad en América Latina, sobre todo sobre delitos cometidos en el pasado, a menudo por Gobiernos autoritarios, como lo demuestra el hecho de que siete ex mandatarios latinos están siendo procesados.

Sigue siendo un problema en la región la violencia contra las mujeres, un sector muy vulnerable dentro del contexto general de inseguridad causada por la desigualdad.

Los sindicalistas son otro foco de ataques -señala Lee-, en Guatemala o sobre todo en Colombia, donde "existe una lucha por el control de los recursos que convierte en blanco a aquellos que son vistos como un obstáculo", como los defensores de los trabajadores.