El papa Benedicto XVI canonizó el domingo en el Vaticano a seis religiosos, incluyendo a la española Cándida María de Jesús, fundadora de los colegios del Sagrado Corazón, y a la primera santa australiana, Mary MacKillop, pionera de la educación.
Este domingo fueron canonizados, además de la religiosa australiana, el hermano André Bessette (1845-1937), primer santo del Quebec, el sacerdote polaco de los canónigos regulares de Latran, Stanislas Soltys (1433-1489), la religiosa española Cándida María de Jesús Cipitria y Barriola (1845-1912), así como dos religiosas italianas, Giulia Salzano (1846-1929) y Camilla Battista Varanno (1458-1524).
La madre Cándida María de Jesús, fundadora de la Congregación Hijas de Jesús, dedicó su vida a ayudar a los más pobres a través de la "educación y la instrucción de la niñez y la juventud".
La Madre Cándida, nacida Juana Josefa Cipitria y Barriola, pero conocida como Juanitatxo, decidió desde muy joven dedicar su vida a Dios y trabajar para los demás.
Esta hija de tejedores, que era la mayor de siete hermanas y quería ayudar a sus familiares, decidió viajar a Burgos para emplearse como chica de servicio, trasladándose luego con la familia en la que servía a Valladolid (centro), donde conoció al sacerdote jesuíta Miguel José Herranz.
Cándida María de Jesús, que era analfabeta y apenas hablaba castellano, aprendió a leer y escribir, así como unos rudimentos de latín, gracias al padre Herranz.
El 8 de diciembre de 1871 creó, junto a otras cinco mujeres, la Congregación de las Hijas de Jesús en Salamanca, la ciudad universitaria por excelencia de España, abandonando su nombre para adoptar el de Cándida María de Jesús.
Su Congregación se fue extendiendo por el resto de España y el 3 de octubre de 1911 salieron hacia Brasil las primeras Hijas de Jesús cumpliendo el sueño de su fundadora: "Al fin del mundo iría yo en busca de almas", e iniciando una expansión que les ha llevado a tener colegios y presencia en 17 países de América Latina, Africa y Asia.
Mary MacKillop "se dedicó desde su juventud a la educación de los pobres en el difícil y exigente territorio de la Australia rural, inspirando a otras mujeres que la acompañaron en la primera comunidad religiosa femenina fundada en ese país", dijo el sumo pontífice en inglés durante su homilía.
Unos 8.000 peregrinos australianos, que llevaban banderas, sombreros de vaquero y bufandas de color turquesa --el color de la orden de San José del Sagrado Corazón, fundada por Mary--, se habían congregado desde las primeras horas de la mañana ante la Basílica de San Pedro, adornada con enormes retratos de los nuevos santos.
Mary MacKillop (1842-1909) fue una pionera en materia educativa y creó decenas de escuelas en toda Australia. Se opuso enérgicamente a la jerarquía católica, al punto de ser excomulgada brevemente en 1871, antes de obtener el respaldo del papa Pio IX. Recientemente, religiosas de su orden afirmaron que ella había denunciado abusos cometidos por un sacerdote pedófilo.
"Esto es maravilloso. Siempre pensamos que Mary era una santa", exclamó Moya Campbell, de 65 años, de las Hermanas de San José del Sagrado Corazón, una orden fundada por Mary MacKillop, representada por unas 800 religiosas que hicieron el viaje a Roma.
Desde el comienzo de su pontificado, en 2005, Benedicto XVI reconoció a 34 nuevos santos, incluyendo a estos seis últimos.
Su predecesor Juan Pablo II canonizó a cerca de 500 personas.
Benedicto XVI santifica a religiosa que expuso abusos sexuales
El Papa Benedicto XVI dio el domingo a Australia su primer santo: una religiosa "delatora" que según activistas debería ser la patrona de las víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes porque fue castigada por denunciar los casos.
En una solemne ceremonia en la Plaza de San Pedro, el Papa canonizó a la madre Mary MacKillop, además de a otras figuras de la iglesia de Polonia, Canadá, España e Italia que vivieron entre los siglos XV y XX.
Decenas de miles de peregrinos australianos viajaron a Roma para asistir a la misa donde el Pontífice leyó un decreto de santidad para MacKillop, uno de las pocos santos de la historia de la Iglesia Católica que fueron excomulgados y más tarde reinsertados.
MacKillop, hija de inmigrantes escoceses, fue una enérgica monja que fundó la orden de las Hermanas de San José del Sagrado Corazón en 1867 para ayudar a los pobres y educar a sus hijos.
Su carácter independiente la llevó regularmente a chocar con la jerarquía masculina de la Iglesia y las tensiones terminaron provocando en 1871 su excomunión: la mayor sanción de la Iglesia católica, que niega el sacramento a una persona. La pena fue posteriormente retirada.
Documentos recientemente publicados en Australia indicaron que MacKillop fue apartada de la Iglesia en parte porque descubrió un caso de abuso sexual de un niño a manos de un sacerdote irlandés.
En su homilía en la misa, el Papa no mencionó ninguna de las dificultades de MacKillop con la jerarquía masculina eclesiástica pero habló de su "piadoso ejemplo de entusiasmo, perseverancia y oración" y de los muchos desafíos que afrontó.
Tras los nuevos documentos, algunos activistas en la Iglesia han pedido al Vaticano que la declare santa patrona de aquellos que sufrieron abusos sexuales por parte de sacerdotes.
SANTA "DELATORA"
El reverendo James Martin, un destacado comentarista católico, escribió recientemente en América, la publicación de los Jesuitas en Estados Unidos, que ese nombramiento sería apropiado para una persona a la que calificaba como una santa "delatora".
"Sólo recientemente ha comenzado la Iglesia a ver a los delatores como necesarios, y santos", escribió el influyente comentarista. "Víctimas y familias de las víctimas tienen ahora a alguien nuevo a quien rezar en sus luchas en busca de justicia y reconciliación", agregó.
La Iglesia católica se ha visto sacudida por el escándalo de los abusos sexuales a niños por parte de sacerdotes durante décadas. El Papa se reunió con víctimas de esos abusos en la mayoría de sus recientes viajes al extranjero, incluida Australia en el 2008.
La Iglesia católica ha reconocido a MacKillop por interceder ante Dios en lo que la Iglesia considera dos curaciones milagrosas, la última de ellas la de Kathleen Evans, que se recuperó de un cáncer cerebral y de pulmón en 1993 tras rezar a MacKillop.
Otra mujer australiana, Verónica Hopson, de 72 años, se recuperó inexplicablemente de una leucemia en 1961 también tras rezar a MacKillop.
La orden fundada por MacKillop, que murió en 1909, tiene ahora más de 850 miembros, que dirigen escuelas, centros de asistencia para la tercera edad y realizan trabajos para la comunidad en Australia, Nueva Zelanda, Timor Oriental, Irlanda, Escocia, Perú y Brasil.
Más de un siglo después de su muerte, sigue siendo una de las figuras más veneradas de Australia, respetada incluso por ateos confesos como la primera ministra del país, Julia Gillard.
Benedicto XVI también canonizó a dos monjas italianas, Giulia Salzano y Battista Camilla da Varano, a la monja española Cándida María de Jesús Cipitria y Barriola, a la hermana Andre Bessette de Canadá, y a Stanislaw Kazimierczyk de Polonia