Se fue de este mundo con el mismo vértigo como a él le gustaba hacer política. Así, en forma súbita, sorpresiva, terminante. Sin matices intermedios; blanco o negro. Pero ese particular e impetuoso estilo que cultivó desde joven le posibilitó llegar a la intendencia de Río Gallegos, después a la gobernación de Santa Cruz, y años más tarde, a la presidencia de la Nación.
Confrontativo, e impredecible a la hora de tomar decisiones, aquel mandatario patagónico casi desconocido para la militancia peronista del resto del país, supo escalar posiciones en la política nacional desde su lejana Santa Cruz. De fuertes convicciones, pronto cautivó a propios y extraños con su discurso de “un país más federal”, y no se cansó de repetir ante los medios de comunicación que tanto “la Patagonia como el interior, debían dejar de ser el patio trasero de la Argentina”.
Polémico, hiperactivo y desconfiado decían de él sus enemigos políticos, pero ´el lupo´, como cariñosamente lo conocían en Santa Cruz, poco le importaban los calificativos. Tampoco que lo criticaran por su figura “algo desaliñada” y su costumbre de usar el saco abierto y mocasines.
En realidad, a Néstor le importaba construir poder para cambiar la Argentina, y cuando el universo de encuestadores y analistas políticos subestimaban su capacidad, y ninguno de ellos lo imaginaba en la Casa Rosada, Kirchner llegó a presidir la República.
Nada fue igual después en el país. Y tal como lo hiciera Juan Domingo Perón en su momento, Néstor Kirchner pasó a liderar una profunda etapa de cambios políticos y sociales, una tarea, que hoy continúa sin pausa su esposa y presidenta de la Nación, Cristina Fernández.
Incluso, más allá de las diferencias ideológicas, la propia oposición lo admite. Kirchner fue y será recordado, sin dudas, como un presidente transformador. Un dirigente de raza, de fino olfato político.
El extinto mandatario ya se reservó un lugar muy importante en la historia de la política Argentina. Pero los frutos de su gestión cobrarán mayor relevancia en un futuro próximo, y él, será juzgado como un Jefe de Estado al que no le tembló la mano a la hora de tomar decisiones. Corte Suprema de Justicia, Fondo Monetario Internacional (FMI), y una vigorosa política en materia de Derechos Humanos, son algunos de los ámbitos donde el ex presidente dejó su impronta como gobernante.
Tenía una clara visión de la política argentina y esa enorme experiencia como gobernante le ayudó a sortear situaciones límites. Cuántas veces sus detractores dieron por sentado una segura ´caída´..!!, pero Kirchner, sacaba un as de la manga y los descolocaba a todos.
Todos creían conocerlo, todos creían intuir lo que podría hacer ese ´animal político´ en situaciones extremas, pero una y otra vez se equivocaban, como ahora, en que muchos especulaban en que se presentaría como candidato a Presidente, o bien a la gobernación de Santa Cruz. Pero fiel a su estilo impredecible, ´el lupo´ prefirió irse junto a Dios.
Luis Giménez
Secretario General del Sindicato de Trabajadores de Prensa (Sitrapren)
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