www.diariocritico.com

Consejo Europeo

Soluciones al borde del abismo económico europeo

Soluciones al borde del abismo económico europeo

sábado 30 de octubre de 2010, 13:52h
 

El Consejo Europeo que acaba de concluir el pasado viernes 29 de octubre ha sido, como habíamos previsto, claro y determinante. “La reciente crisis financiera hace necesario un cambio fundamental en la gobernanza económica europea” y este cambio supondrá “un gran paso hacia el fortalecimiento del pilar económico de la Unión Económica y Monetaria, aumentará la disciplina presupuestaria, ampliará la vigilancia económica e intensificará la coordinación.” Dicho en otras palabras, la crisis financiera y la consecuente crisis económica que vivimos ha hecho necesario quitar la careta a esa llamada Unión Económica y Monetaria. De unión económica no tenemos nada que no sea un pacto hasta ahora sin instrumentos y unos planes de crecimiento -Europa 2020- puramente voluntaristas porque tampoco articulan los necesarios instrumentos para que inexorablemente Europa camine por la misma senda económica. Baste por aceptar que tenemos una Unión Monetaria y un Mercado Único integrado pero esto, que sin crisis es insuficiente, con la crisis que padecemos, es una estructura en peligro de desbaratarse, y este es el problema que tiene la Unión Europea.

Por tanto seguimos con las Conclusiones del Consejo Europeo y recuerdo al lector que es necesario vivir de documentos, en este caso de las Conclusiones oficiales del Consejo, y no exclusivamente de noticias de agencia. Lo que ha hecho esta reunión de Jefes de Estado y de Gobierno, como ya habíamos dicho en días anteriores, es seguir puntualmente o, lo que es lo mismo, refrendar el informe de la llamada “Task force” presidida por el Presidente del Consejo Europeo, que a mi me gusta llamarle Presidente de Europa puesto que reconozco a Hermann Van Rompuy su peso específico y su gran categoría.

El Presidente ha dirigido el informe del llamado Grupo Especial sobre Gobernanza Económica, informe del que dice el Consejo Europeo que ha de convertirse ahora en la legislación correspondiente salida de muchas de sus recomendaciones con el fin de fortalecer sustancialmente el pilar económico de la Unión Económica y Monetaria. Además los Jefes de Estado y de Gobierno meten prisa al Parlamento y al Consejo: hay que hacer esto antes del verano de 2011.

El Consejo Europeo decide, por tanto, establecer un mecanismo permanente de crisis para salvaguardar la estabilidad financiera articulando las características generales de este nuevo mecanismo de crisis y realizando una modificación limitada del Tratado de la Unión -versión Lisboa- de forma que los posibles cambios puedan ser ratificados a más tardar a mediados de 2013. Se recuerda de nuevo la necesidad de reforzar la disciplina presupuestaria y se recuerda que el presupuesto de la Unión Europea debe reflejar los esfuerzos de saneamiento que están haciendo los Estados miembros. Todo esto es lo que dice el documento oficial y sobre ello caben pocas interpretaciones.

Por lo tanto lo primero que debemos aceptar es que es asumimos las tesis de Alemania y que es Angela Merkel y su alter ego, Hermann Van Rompuy, los que dirigen el barco. La crisis griega fue la llamada de atención, los mercados financieros acabarán por asaltar a los países sobreendeudados del sur de Europa. La situación económica de Europa es peligrosa y hay que establecer un mecanismo de crisis y de fortalecimiento del pilar económico de la Unión Europea. Hábilmente Merkel llegó a un acuerdo con Sarkozy y lo dijo bien claro, “un acuerdo francoalemán no es toda Europa pero sin un acuerdo entre Francia y Alemania pocas cosas se pueden hacer”. En pocas palabras, hay que poner fin al estado actual de la llamada Unión Económica, con un Pacto de Estabilidad que trata de prevenir la aparición de un déficit presupuestario excesivo, fijado en el 3% del PIB y 60% de deuda, que articula una supervisión multilateral continuamente desatendida, incluso con una nueva estrategia económica que sin instrumentos volverá a ser otro fracaso como fue la Estrategia de Lisboa y que ya enumera en si mismo tres hipótesis que se incluyen en la Estrategia 2020. Hipótesis 3: una “Década perdida”, que sería otra década más, Hipótesis 2: Una “Recuperación tibia”, con una pérdida permanente de riqueza e, Hipótesis 1: “Recuperación sostenible”, esto es recuperación del crecimiento y del empleo.

Es una hipocresía seguir diciendo que no se puede reabrir el Tratado de Lisboa. O se incluyen las propuestas del endurecimiento del Pacto de Estabilidad, incluidas las correspondientes sanciones, y la creación de un Fondo de Rescate Permanente de la Eurozona en el Tratado o lo rechazarán los tribunales constitucionales, empezando por el alemán y, por qué no decirlo, o se incluyen en el Tratado o aquellos dirigentes europeos negligentes, populistas o mediocres seguirán colocando a sus países al borde de la quiebra y por tanto al borde de la destrucción de la propia Unión Monetaria y del fracaso del Mercado Único. Ciertamente que poner en orden un país tiene un alto coste social que puede volver a despertar el nacionalismo, el proteccionismo y la xenofobia pero hay que evitar que algunos países continúen con problemas de deuda soberana y sin normas estrictas de disciplina fiscal y presupuestaria. Por ello parece inevitablemente necesario reducir el gasto público y aceptar presupuestos moderados. Hay que establecer una vigilancia económica para conseguir una mayor estabilidad y crecimiento y un marco sólido para la gestión de la crisis.

La situación es muy grave y en este nuevo contexto, las implicaciones institucionales de la propia Unión Europea, son preocupantes. El Banco Central Europeo se ha enfrentado a los Ministros de Finanzas de la Unión Europea y exige sanciones duras y automáticas para los países que no mantengan la disciplina que exige el Pacto de Estabilidad. Por otra parte, Francia y Alemania acordaron en Deauville que la decisión final sobre las sanciones se realizará por mayoría cualificada de los Ministros de Economía. El Parlamento Europeo, a través de los portavoces de los grupos políticos, lamenta que se deje a un lado a la Comisión en la propuesta franco-alemana y recuerda que el Parlamento Europeo tiene mucho que ver en las decisiones finales, pues ejercerá con toda su competencia su autoridad legislativa. Lo cierto es que en todo caso el Consejo Europeo de 28 y 29 de diciembre ha sido determinante y ha marcado claro un camino, que es el único que puede conducir a una verdadera Unión Económica Europea.


Rogelio Pérez-Bustamante
Catedrático Jean Monnet
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios