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Peñalen da el golpe y la afición estalla

Peñalen da el golpe y la afición estalla

domingo 31 de octubre de 2010, 16:43h
No es normal. Ni bueno. Ni malo. Es la opinión de un público que ayer en La Zarzuela estalló contra una victoria sorprendente e inesperada. Las hay, y muchas en el turf, pero Peñalen quizá pagó lo que había hecho minutos antes su compañero de patio Boreas, un caballo que tras llegar último en su anterior carrera, esta vez resucitó y pagó un dividendo inferior a 10 a 1 o el hastio de un aficionado que está harto de que le tomen el pelo. Fuera de la pista (obras, incomodidades, retirados,...) y ya también en la pista (a la vista del totalizador de apuestas con las victorias del tridente Osorio). Este día espectacular del 'patio del Duque' y del francés Crocquevieille lo completó Sinapsis en la de debutantes para conseguir el tridente de victorias.

“Cinco años y un día. En plan condena. Después de haber invertido en su rehabilitación 68 millones de euros, el Hipódromo de la Zarzuela es lo que es. No esperemos más. Caen unas gotas y asistir a un domingo de carreras es un suplicio”. Es lo que he terminado pensando después de una jornada en la que lo más significativo resultó la pitada que escuchó Peñalen desde la tribuna tras haber ganado el Antonio Blasco. Significativo. Lo mismo que ver como sigue sin avanzarse en las obras y como la cara de resignación de los de siempre ya se empieza a confundir con el aburrimiento de muchos nuevos que no dan crédito en lo que pasa en el Hipódromo en un día otoñal.  

Pero no aburramos al personal. Contemos la jornada. Comenzó con lógica porque Malkova se dio un soberano paseo en una carrera, en la que la retirada de Arnuero, quedaba para luchar por el segundo puesto y darnos cuenta de que la pista tiraba lo suyo por las lluvias del sábado. Nova Vixen y Sudafricana Hab, dos de las cuatro más corredoras del lote completaron un trío del que nunca debió salir Flash Val si hubiera atacado por otro carril que el pegado a los palos. Digo esto porque a partir de ahí la jornada se vivió en los exteriores de la recta.  

Y quizá por eso o porque a José Luis Martínez se le rompió la fusta (¿de tanto usarla?) no ganó Indian Lou a Orgi. Una cuestión de elección de presentar el ataque definitivo. El de Galdeano tenía fuerza e incluso dio la sensación de un remate ganador, pero el exterior lo había tomado el de Ortiz de Urbina y el handicap de primera parte fue suyo.  

Después de estas dos primeras carreras, con cierta lógica, llegaban los veinte caballos en la segunda parte del handicap. A uno, que ya es veterano, le dio por reponer fuerzas y comprobar como la cafetería cubierta de tribuna era lo más parecido a un autobús en hora punta, eso sí con la ley del tabaco aún por cumplir. ¿Qué harán? Espero que cumplan la ley. ¿Y me lo creo? Aquí hay barra libre. Y no me refiero a la de las consumiciones, a precio de cafetería del Barrio de Salamanca con servicio de chiringuito de fiestas de la sierra, sino a la que se tomó el duque para las siguientes carreras. Quedaban cuatro y la pegó en tres. Especialmente en dos de ellas con vicios de los antiguos y fórmulas del todo vale.  

Boreas estaba pletórico en el paddock. Daba igual que hubiera estado último en la anterior. Su cotización, con un escaso 9 a 1, presagiaba que esta vez la metían. A mí, que me encantaba Danubio Azul, no me percaté de cómo Jeremy, habitual otras veces con los de Salas, se subía en un caballo que la última vez no seguía ni el paso. Dicho y hecho. Fue el único ganador que aguantó un remate exterior, porque Javita sí es de segunda parte. Boreas, no. Eso sí ha ganado en segunda parte tras quedar último. Ya pondrán excusas.   La oficial se descubre en el acta de comisarios: "el caballo tiene un problema que se le cierra la glotis, circunstancia que hoy no ha sucedido". Lo malo es que antes de la carrera alguna que andaba por taquillas con billetes sabía que hoy no se le cerraba y dejó su cotización de ganador por debajo de 9 a 1. Y el resto de las apuestas pagaron un dineral. 11.000 euros el trío y 225 a 1 la gemela. Para que se te abra el glotis. O lo que sea.  

Luego en la Lototurf llegó otra victoria del duo Grosjean-Rodríguez. Curioso lo de ambos. Cuando el jockey de los mejores caballos de la cuadra es José Luis Martínez, el que parece sustituirle Matías Borrego, el que más gana es Grosjean. La semana pasada Jatibonico y en esta Sideside. Galopó por los carriles exteriores y pasó con comodidad a Perfectamente. Jeremy intentó repetir la táctica de Boreas, pero esta vez el peso le frenó y le hizo imposible aguantar a Sideside, que hace dos carreras en la preparatoria del Hispanidad llegó reventado a meta y en los handicaps ha resucitado. Pero, bueno, le gusta el agua. Hay excusa.  

Y para Peñalen. El 30 de mayo fue último descolgado en una de las preparatorias del Claudio Carudel, carrera en la que ofreció su mejor valor con un quinto puesto que parecía premiar a un caballo honrado que venía de subir con tres triunfos consecutivos en pruebas menores y que no llegaba a ese nivel. Pero, tras un descanso de cuatro meses, el caballo que saltó a la pista de La Zarzuela voló. Y eso que Golfo Pérsico, el único dos años al que el barro nada beneficiaba, puso un ritmo selectivo desde la salida y trató de hacer valer la diferencia de peso. Casi lo consigue. Hay caballo en el hermano de Ercollini (con el que José Luis Martínez protagonizó un cambio de fusta en los últimos cien metros que pocos jockeys en España pueden firmar con la misma diligencia). Sirenita volvió a encontrarse con el amargor del segundo lugar. No tiene suerte la yegua de Saf Saf. Rayo Negro corrió en su valor, mientras que Aranel sigue en recuperación y Bombadil pierde puntos, lo mismo que Ariete Arrollador que, a pesar de su mala salida, deja en mal lugar a los tres años.  

Y en la última, no había otra. El tridente Osorio se completó con Sinapsis. No podía ser de otra manera. Es lo que hay. La Zarzuela. Nos guste o no.  

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