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Félix Fuentes

EN LA LÍNEA

EN LA LÍNEA

martes 29 de mayo de 2007, 03:58h

 

 

 

En la Línea

 

Por Félix Fuentes

 

RETARDOS Y PANICO EN AEROMEXICO Y MEXICANA

 

Los servicios de Aeroméxico y Mexicana de Aviación se deslizan por el tobogán.  Sus retrasos son hasta de ocho horas y los pasajeros padecen fuertes sobresaltos, a punto del infarto, por constantes  anuncios en vuelo sobre desperfectos de las aerolíneas.

Ambas empresas retornan a tiempos pasados, cuando fueron propiedad del gobierno federal y era común la sobreventa de boletos y cancelaciones de vuelos, lo cual daba lugar a tumultos de protesta en mostradores de las aerolíneas.

 

Se pensó que Mexicana de Aviación mejoraría tras de que Vicente Fox la vendió a precio de ganga al Grupo Posadas, de la cual es socio prominente Gascón Azcárraga, quien colocó acciones de la misma empresa entre conocidos o amigos suyos. Los resultados han sido de catástrofe y el mismo empresario pretende destruir el contrato colectivo de trabajo con las azafatas, por encontrarse al borde de la quiebra.

 

Las miserias de la propia compañía son padecidas por los usuarios. En ocasiones  no reciben a tiempo los alimentos de las concesionarias o por equivocación son entregados en aviones distintos, causando retrasos de horas. En viajes internacionales sirven un minúsculo sándwich, acompañado de algún pastel insignificante. Ni películas “chafas” ofrece Mexicana en los viajes largos.

 

Aeroméxico presumía de ser la más puntual y durante un tiempo relativamente corto cumplió esa promesa, pero en estos días causa desesperación por retrasos de horas, atribuidos a “pequeñas fallas”  en  los aviones.

 

El jueves pasado sufrió retraso de una hora el vuelo 498 de la Ciudad de México con destino a Monterrey debido a una “pequeña descompostura”. Peor fue la demora del domingo siguiente entre Monterrey y Las Vegas,  el cual sufrió un retraso de cuatro horas, a causa de otra falla.

 

De regreso, en el 499, los pasajeros hubieron de soportar dicho retardo y más tarde se llevaron  otro susto porque,  a poco del despegue de Monterrey al Distrito Federal, un sobrecargo anunció un nuevo “pequeño desperfecto” y fue obligado el retorno a la capital regiomontana. Cuando el B-737-700 tocó pista, algunos viajeros dieron gracias a Dios y otros emitieron  recordatorios maternales a quienes operan la empresa.

 

Es el estado de ánimo ocasionado a tanta gente que opta por restringir sus viajes o prefiere compañías extranjeras, a fin de no sufrir eternas esperas, miserias alimenticias o padecer sustos constantes. Quienes sufren diabetes o males cardiacos son principales paganos en vuelos de esas empresas.

 

En Aeroméxico se advierte que los aviones son de reciente modelo, pero la falta de mantenimiento o de refacciones nuevas han de causar las “pequeñas” descomposturas. Trasciende que está en proceso de venta, ante la imposibilidad del gobierno para seguir operándola.

 

 

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