Chávez, de mal en peor

El régimen de Hugo Chávez ya ni siquiera puede aparentar ser una democracia. Porque no basta con votar cada equis años (aquí, la equis se espacia cada vez más) para considerar que un país está inmerso en una democracia. Y, aun reconociendo la existencia de desigualdades lacerantes en Venezuela, ello no justificaría un sistema como el que Chávez pretende imponer a sus conciudadanos, a los que más bien parece considerar como súbditos.
 
Los periodistas de todo el mundo tenemos la obligación de levantar nuestra voz ante medidas de represión tan intolerables como el cierre de Radio Caracas TV. Claro que de aquellos polvos –la concesión arbitraria de emisoras—vienen estos lodos. Estas concesiones ‘a dedo’ desde los poderes públicos es algo que también padecemos en España, aunque a ningún gobierno se le ocurriría utilizar este hecho, tan poco democrático, para hacer algo que lo es menos aún: cerrar sin más una emisora, un medio de comunicación.
 
Son actuaciones así las que perjudican no solamente la credibilidad del régimen de Chávez, que ya está bastante horadada, sino la imagen de la propia Venezuela, un país al que desde España, y desde tantas naciones de habla hispana, amamos y admiramos por sus valores.
 
Ahora, lo que procedería sería una severa condena internacional. Y un boicot informativos a las pretensiones de autobombo, ególatras, de un gobernante que, a nuestro juicio, no debería merecer la confianza de los ciudadanos. La cosa va mal, pero todo indica que puede ir aún peor.


:: Fernando Jáuregui (España). Director de DiarioCrítico.com y de la Red Iberoamericana de Diarios Digitales (RIDDD.Com)