Leire Pajín y lo que le sale de las narices

Además de todas las cosas que este gobierno está dejando de hacer bien hay otras que hace realmente mal. Es, además, con diferencia, el gobierno más sensible de todos. Me explico. Son muy sensibles con todas y cada una de las minorías que usted pueda imaginar. Las más conocidas; los gays y los inmigrantes. Han hecho durante estos años dos cosas muy importantes: crear ministerios absurdos que no han servido de nada y cargarse la economía llevándonos a ese país del que hace años hablaba Alfonso Guerra. Y son muy sensibles también porque en cuanto que reciben una crítica ya sacan toda su artillería pesada y acusan al que hace la misma o bien de machista o de xenófobo o de lo que a ellos en ese instante se le ocurra. Se muestran muy cuidadosos en respetar las costumbres y creencias islámicas pero no les duelen prendas en quitar los crucifijos o atacar a la iglesia cada vez que pueden. Defienden la familia gay (yo también) pero se cargan la de toda la vida y que no es más, en definitiva, que la que casi todo el mundo tiene.

Desde el punto de vista de marketing lo hacen fatal porque acuden a gustar a un target minoritario (en España hay más familias tradicionales que de gays, hay más españoles que inmigrantes y más católicos que musulmanes) pero ellos verán lo que hacen. El caso es que lo que me llama mucho la atención es que cuando se les ataca con cosillas ellos montan el jaleo, sin embargo luego ellos dicen lo que les sale de las narices y se quedan más anchos que largos.

Lo de no hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran no va con ellos. Leire Pajín montó un buen pollo cuando el alcalde de Valladolid dijo que su cara le recordaba a un personaje de dibujo animado. Supongo que se refería a la cerdita Peggy y sinceramente tampoco creo que sea para tanto. A mí también me lo recuerda y que me llame machista si quiere. Como también me recuerda ZP a Mr. Bean. Y hablando de Pajín continúo con ella.

Doña Leire, la señorita Leire, es una fuente inagotable de comentarios. Mete la pata muchas veces, casi tantas como cuando habla, diría yo. La semana pasada dijo “cónyugues” cuando quería decir cónyuge (de coña ser ministra y hablar como una participante del Diario de Patricia). O, tal y como revela hoy elconfidencial.com el otro día en un almuerzo convocado por ella preguntada por los motivos de su elección de la responsable del Plan Nacional sobre Drogas, responder que nombraría a quien le saliera de… y nos hemos quedado con las ganas. No sabemos si dijo de las narices (que le hubiera quedado más fino) o de los cojones que le hubiera quedado menos elegante y además sexista y lo mismo Aído le hubiera dado un toque.

El caso es que la responsable del plan Nacional sobre Drogas no es una doctora en psiquiatría, no es una experta en la materia con años de experiencia. Es una auxiliar administrativa que hasta la fecha ejercía como responsable de políticas migratorias y servicios sociales en Valencia. A mí me da la sensación (y quiero creer que son sólo sensaciones mías) que Pajín nombra a la gente en arrebatos cuando se toma el aperitivo con ellos. Y tiene su lógica. En el fondo ella debe de pensar: si yo he llegado hasta aquí, ¿por qué no ellos?

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