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Escritor "difícil de clasificar" dijo el presentador de la Academia sueca

Mario Vargas Llosa recibió de manos del Rey de Suecia el premio Nobel de Literatura 2010

Mario Vargas Llosa recibió de manos del Rey de Suecia el premio Nobel de Literatura 2010

sábado 11 de diciembre de 2010, 00:07h
El escritor peruano nacionalizado español Mario Vargas Llosa recibió este viernes 10 de diciembre del 2010 el Premio Nobel de Literatura de manos del rey Carlos Gustavo de Suecia, en una ceremonia en la Sala de conciertos de Estocolmo.

Es un “escritor difícil de clasificar” dijo Per Wastberg, miembro de la Academia Sueca, que le otorgó el máximo reconocimiento al que puede hacerse acreedor un escritor, y que no recaía desde hace más de dos décadas cuando lo recibió el mexicano Octavio Paz.

El monarca sueco entregó al escritor nacido en Arequipa hace 74 años y nacionalizado español la medalla de oro con el perfil del creador de los premios, Alfred Nobel, y el diploma que reciben los galardonados con el Nobel, que está acompañado de un premio en metálico equivalente a 1,4 millón de dólares.

Antes de recibir el galardón, Vargas Llosa -el primer Nobel de Literatura de lengua hispana desde el mexicano Octavio Paz, que lo recibió en 1990- fue presentado a la familia real y a la asistencia por el escritor Per Wastberg, miembro de la Academia Sueca, que leyó un breve texto.

"¡Estimado Mario Vargas Llosa! Usted ha encapsulado la historia de la sociedad del siglo XX en una burbuja de imaginación. Esta se ha mantenido flotando en el aire durante 50 años y todavía reluce", declaró en un claro español el escritor sueco.

"La Academia Sueca lo felicita. Acérquese y reciba el premio Nobel de Literatura de este año de la mano de su Majestad el Rey" de Suecia, le conminó Wastberg.

Vargas Llosa se levantó, y tras recibir el premio, hizo una reverencia a la familia real, a los miembros de la Academia Sueca, y luego a los asistentes, entre los que se hallaba su esposa Patricia y sus tres hijos, y volvió a tomar su asiento en el escenario, al lado de los demás galardonados.

Hacía 20 años que no se escucha español en una ceremonia del Nobel, desde el galardón al mexicano Octavio Paz, y un año antes, al español Camilo José Cela.

Vargas Llosa es un escritor "difícil de clasificar", subrayó Wastberg en su presentación del Nobel de Literatura, que escuchaba muy serio, sentado en el escenario, al lado de los demás laureados, todos vestidos de frac.

"De la provincial ciudad de Arequipa, en Perú, emergió un ciudadano del mundo, un marxista que por los abusos de (Fidel) Castro se transformó en un liberal, un candidato perdedor en las elecciones presidenciales (de Perú) que figura ahora en las estampillas del correo de su país", dijo.

Miembro de la Academia Sueca, que elige a los Premios Nobel, Wastberg resaltó lo que considera los principales logros del peruano, afirmando que su escritura ha "formado nuestra imagen de Sudámerica y tiene su propio capítulo en la historia de la literatura contemporánea".

Vargas Llosa "usa la ficción para penetrar las facetas del poder, y explorar las obsesiones de los explotadores", afirmó el sueco, subrayando que en "América Latina, los escritores deben asumir el deber moral de no colaborar con la injusticia".

En sus primeras obras, Vargas Llosa "renovó la novela; ahora es un poeta épico no sólo de estatura latinoamericana", sino universal, afirmó el sueco.

Es un "poeta épico y un historiador, un ensayista, un columnista que abarca todos los temas, desde el fútbol al miedo de volar", agregó Wastberg, que habló en sueco, salvo el párrafo final, que dijo en español.

El académico sueco elogió también el talento del autor de "La Casa Verde", "Conversación en la catedral" y "La Fiesta del Chivo" para "unir la tradición narrativa de Balzac y Tolstoi con los experimentos modernistas de William Faulkner".

Recordó, como lo hizo el peruano en su discurso de aceptación del Nobel, que su rebelión contra un padre autoritario lo llevó a refugiarse en la literatura y en el mundo de la imaginación.

Los protagonistas de Vargas Llosa son rebeldes, dijo Wastberg, citando a Flora Tristán y su nieto Paul Gauguin ("Paraíso en la otra esquina"), y al irlandés Roger Casement - protagonista de "El Sueño del Celta", que denuncia la esclavitud en el Congo belga.

Vargas Llosa fue el cuarto en recibir la medalla y el diploma, después de los premiados en Física, los rusos Andrei Geim Konstantin Novoselv, de Química, Richard Heck, Ei-ichi Negishi y Akira Susuki, y Medicina, Robert Edwards, que no pudo asistir por causa de enfermad, y estuvo representado por su esposa.

Luego fue el turno de los galardonados en Economía, los estadounidenses Peter Diamond, Dale Mortensen y el griego Christopher Pisasarides.

Después de la ceremonia, los galardonados y sus invitados asistieron a un banquete en el ayuntamiento de la ciudad, en el que Vargas Llosa se dirigió brevemente a la familia real, y hará un brindis por Suecia.

Un contador de historias que antes de proponerles un brindis….


A través de América Televisión, se divulgó el discurso a modo de cuento que Mario Vargas Llosa  pronunció este viernes 10 de diciembre durante el banquete ofrecido en honor de los galardonados con el Premio Nobel 2010. Se presenta a continuación.

"Soy un contador de historias y, por lo tanto, antes de proponerles un brindis, voy a contarles una historia.

Érase una vez un niño que a los cinco años aprendió a leer. Eso le cambió la vida. Gracias a los libros de aventuras que leía, descubrió una manera de escapar de la pobre casa, del pobre país y de la pobre realidad en que vivía, y de trasladarse a lugares maravillosos, espléndidos, con seres bellísimos y cosas sorprendentes donde cada día, cada noche, significaba una manera más intensa, aventurera y novedosa de gozar.

Gozaba tanto leyendo historias que, un día, este niño, que ya era un joven, se dedicó también a inventarlas y escribirlas. Lo hacía con dificultad pero, al mismo tiempo, con felicidad y gozando cuando escribía tanto como cuando leía.

Sin embargo, el personaje de mi historia era muy consciente de que una cosa era el mundo de la realidad y otra, muy distinta, el mundo del sueño y la literatura y que éste ultimo sólo existía cuando él leía y escribía. El resto de tiempo, se eclipsaba.

Hasta que en un amanecer neoyorquino el protagonista de mi cuento recibió una sorpresiva llamada en la que un señor de apellido impronunciable le anunció que había recibido un premio y que tendría que ir a recibirlo a una ciudad llamada Estocolmo, capital de un país llamado Suecia (o algo así).

Mi personaje comenzó entonces, maravillado, a vivir, en la vida real, una de esas experiencias que, hasta entonces, sólo existían para él en el dominio ideal e irreal de la literatura. Se sintió de pronto como debió sentirse el mendigo cuando fue confundido con el príncipe en la novela de Mark Twain. Todavía sigue allí, desconcertado, sin saber si sueña o está despierto, si aquello que vive lo vive de verdad o de mentiras, si esto que le pasa es la vida o es la literatura, porque los límites entre ambas parecen haberse eclipsado por completo.

Queridos amigos, ahora ya puedo proponerles el brindis prometido.

Brindemos por Suecia, ese curioso país que parece haber conseguido, para ciertos privilegiados, el milagro de que la vida sea literatura y la literatura vida.

¡Salud (skål) y muchas gracias¡"
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