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Informe FAES ‘Por un Estado autonómico racional y viable’

Aznar, contra las autonomías que aspiran 'a convertirse en mini-Estados'

Aznar, contra las autonomías que aspiran "a convertirse en mini-Estados"

lunes 31 de enero de 2011, 18:37h
El ex presidente del Gobierno y presidente de la FAES, José María Aznar, ha afirmado que “las Comunidades Autónomas no son un problema”, pero que “tienen problemas que es necesario resolver”. Hacitado tres razones que hacen “inaplazable” las reformas en el funcionamiento de nuestro Estado autonómico: son necesarias para “seguir siendo protagonistas del proyecto europeo”; para “asegurar el futuro de nuestra sociedad de bienestar”, y para “hacer plenamente vigente la Constitución de 1978 y preservar el derecho de la Nación española a permanecer unida”. En definitiva, que "España no puede competir ni en Europa ni en el mundo con unas Comunidades Autónomas aspirando a convertirse en mini-Estados".

José María Aznar hizo estas consideraciones en la presentación del Informe FAES "Por un Estado autonómico racional y viable" en la que también han intervenido la secretaria general de PP, María Dolores de Cospedal; el portavoz del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Sevilla y candidato a la alcaldía, Juan Ignacio Zoido, y el diputado del PP Gabriel Elorriaga. El documento ha sido elaborado por el ex secretario de Estado para la Administración Pública Julio Gómez-Pomar, el interventor y auditor del Estado Mario Garcés y el propio Elorriaga.

Un debate confuso

“En el debate sobre el Estado autonómico se ha alcanzado un nivel de confusión que debemos despejar lo antes posible", según afirmó Aznar en su intervención. Un nivel de confusión que nace "de la moda de debatir sobre estereotipos, eslóganes y prejuicios, en lugar de hacerlo sobre análisis detallados, estudios sólidos y juicios solventes".

Según Aznar, "nuestro futuro como nación va a depender de que sepamos abordar en serio los debates realmente importantes", entre los que destaca la necesidad de una profunda reforma de nuestro modelo de gestión territorial, transformándolo en un activo económico y social que ayude a generar progreso y bienestar y que vertebre mejor al conjunto del país.

Para la FAES, hay tres razones que hacen inaplazable un debate serio y profundo sobre la reforma del Estado autonómico: en primer lugar, es un asunto de política nacional "y ya se ha convertido en un tema inaplazable de política europea de primera magnitud". Puso Aznar como ejemplo que hace ya años Alemania llegó a la conclusión de que su modelo de organización territorial necesitaba reformas "para hacer posible el gobierno para todos los alemanes, gobernara quien gobernara". Reformas para evitar solapamientos, duplicidades y sobrecarga de gasto público.

Problemas con el euro

Así, según Aznar, "buena parte de la atención de nuestros socios europeos y de las principales instituciones económicas de todo el mundo está puesta en cómo pensamos resolver los españoles los problemas que se manifiestan en nuestro modelo de organización territorial". Y en este punto criticó duramente la posición del "nacionalismo independentista" y la izquierda "que ha buscado el desbordamiento de la Constitución para imponer por la puerta de atrás una fórmula confederal en España".

Para Aznar, no obstante, "las Comunidades Autónomas tienen problemas; problemas que es necesario resolver", porque de lo contrario "tendremos dificultades crecientes para seguir anclados en el euro. Y eso supondría para España ver amenazada gravemente su condición de socio europeo de primera y pasar a ser socio de segunda".



La gestión del sistema de bienestar

La segunda reflexión de Aznar enmarcó el debate sobre el modelo territorial, ya que es que nuestro sistema de bienestar está encomendado a las Comunidades Autónomas: "Han sido las comunidades autónomas las responsables de desarrollar y gestionar las principales políticas de bienestar en las últimas décadas. Por eso debatir sobre los problemas del modelo autonómico es mucho más que recrear los debates identitarios, aunque a algunos les parezca entretenido dedicarse sólo a esos asuntos". En definitiva, que "se trata de garantizar que todas las administraciones trabajen al servicio de todos los españoles".

Como tercera reflexión, Aznar reiteró su opinión de que, tras la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Cataluña, no es posible debatir sobre nuestro modelo autonómico sin tener presente que el Tribunal ha fijado ya de manera inequívoca los límites jurídico-políticos del proceso descentralizador español.
 En otras palabras, que "el modelo de Estado tiene una configuración constitucional definida y, por tanto, no puede quedar a merced del aventurerismo político de mayorías pasajeras. Un Estado puede ser muchas cosas pero, desde luego, no puede ser imprevisible".

No a la fórmula confederal

Para Aznar, hay quienes, frente al Estado autonómico, "exhiben su nostalgia premoderna por fórmulas confederales, ninguna de las cuales ha vivido para contarnos sus supuestas ventajas", e incluso hay quienes "trabajan a favor de un Estado residual". Pero nada de esto es la opción de la Constitución, y en todo caso "son apuestas políticas temerarias y empobrecedoras. Y siempre propuestas de minorías, de minorías locales o políticas, no de mayorías sociales".

Así que, según él necesitamos un Estado capaz de impulsar las reformas necesarias, que "encuentra su fundamento en la Nación como único sujeto soberano y en la Constitución como única fuente de legitimidad de sus poderes"; un Estado de lo común, de lo que afecta a todos, de lo que todos tenemos derecho a decidir.

"El objetivo debe ser el pleno aprovechamiento de las economías de escala para que los españoles compitan con éxito en el mundo globalizado. Porque España no puede competir ni en Europa ni en el mundo con unas Comunidades Autónomas aspirando a convertirse en mini-Estados. Simplemente, no es posible", según Aznar, para quien "no podemos mostrarnos hacia el exterior como un territorio fragmentado, enfrentado, inseguro y escasamente previsible. Tampoco debemos convertir nuestra diversidad territorial en un viaje a ninguna parte impulsado por la obsesión de ser “igual de diferentes”, una ambición tan extravagante como paradójica".

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