La golosina del Consejo de Cuentas

Comentaba la pasada semana ‘El topillo’  las golosas vacantes que previsiblemente se iban a producir después de las elecciones de mayo en el Consejo Consultivo de Castilla y León, de cuyos miembros electivos hoy por hoy solo tiene  garantizada su continuidad el presidente, Mario Amilivia.

No menos numerosos son los cambios que se atisban en el Consejo de Cuentas, la institución que tiene su sede en la Calle Mayor palentina. Para empezar, dos de sus cinco miembros han rebasado con creces la edad de jubilación. El presidente, Pedro Martín, antiguo interventor general de la Junta, está próximo a cumplir 70 años y el consejero César Huidobro, 75. Ambos están por tanto descartados para un nuevo mandato, que en este organismo es por un periodo de seis años.  El tercer consejero elegido en su día a propuesta del PP, el soriano Miguel Ángel Jiménez, cuñadísimo del ex presidente Juan José Lucas, es el único consejero del cupo conservador en condiciones de repetir en el puesto.

Al menos uno de los dos consejeros de signo socialista será relevado. Todo apunta a que el que fuera consejero del gobierno de Demetrio Madrid, Antonio de Meer-Lecha Marzo, dejará el puesto, que muy posiblemente será heredado por el actual procurador socialista Pascual Felipe Fernández, lo cual ayudaría a descongestionar el 'overbooking' existente en la candidatura autonómica del PSOE vallisoletano. El futuro del otro consejero socialista, Emilio Sierra, el ex alcalde de La Robla, queda a expensas de lo que decida el PSOE leonés, o lo que es lo mismo, en manos de su secretario provincial y alcalde, Francisco Fernández.

Todo ello, claro está, siempre que el previsible ganador de las elecciones autonómicas, el PP de Castilla y León, no asuma las tesis de José María Aznar, partidario de suprimir este tipo de instituciones. Que no parece que tenga mucha intención de asumirlas.