Más poder socialista

El partido de Rodríguez Zapatero -y especialmente su Gobierno- estaba llevando tantos palos que algo bueno le tenía que llegar, tropezándose ahora con más poder local. Es verdad que el PSOE no tuvo un buen resultado en las elecciones municipales y autonómicas y que sus perspectivas electorales van a peor, debido a sus errores en política antiterrorista y, sobre todo, a la dura campaña del PP, emprendida ya en los tiempos del Estatuto catalán. Pero siendo eso así, también resulta que su capacidad para hacer pactos con distintas fuerzas políticas le permite tener cada vez más poder frente a un PP que sigue muy aislado.

   En las grandes ciudades de España, PP y PSOE están ahora prácticamente igualados si se suman sus alcaldías, aunque no en términos de gestión, ya que los socialistas deben ceder a sus aliados de Galicia, Cantabria o La Rioja importantes cuotas de poder. El caso quizá más emblemático en ese sentido es el de Galicia, donde el PP de Mariano Rajoy ha perdido el poder en casi todas las grandes instituciones para dar paso a una especie de gobiernos con dos fuerzas políticas muy definidas: PSOE y BNG.

   Izquierda Unida, que mantiene en Córdoba su alcaldesa insignia, con la pragmática Rosa Aguilar, es otro apoyo importante para el PSOE en muchos municipios españoles, si bien no logra forzar tanto como el BNG su visibilidad en los gobiernos locales. Por lo demás, descontados ciertos incidentes ya previstos de ANV en el País Vasco -reclaman los concejales que creen suyos en función de los votos nulos-, los algo más de 8.000 ayuntamientos españoles afrontan ya con plena normalidad un nuevo ciclo político. Seguramente no tardarán en llegar algunas inestabilidades, ya que los pactos alcanzados son muy numerosos y complejos, pero aún así las cosas pintan mejor en la vida municipal que en la llamada política de ámbito estatal.