El Viejo Pancho, un gallego bien gaucho

En el Río de la Plata la emigración gallega fue tan numerosa que ningún aspecto de la vida social y cultural rioplatense quedó al margen. Siendo el tango un fruto de la emigración les corresponde a los gallegos un trozo del fruto que se personifica en autores, compositores e intérpretes.   En el origen del tango corresponde citar a un importante poeta nacido en Ribadeo (Lugo), el emigrante José Alonso y Trelles, conocido como El Viejo Pancho. Así es que José Gobello que es un muy fino observador, expresa ---hablando de Alonso--- que sería imperdonable omitir este antecedente literario de las letras de tango.  En 1915 publica un libro de poemas titulado Paja Brava y es de aquí de donde escoge Carlos Gardel cuatro poemas que graba y populariza: Insomnio, Como todas, Misterio, Hopa, Hopa. Pero no estamos todavía delante de auténticas letras de tango. Fue un gran poeta antepasado que ayudó en los cimientos de la construcción del magnífico monumento literario que hoy es el tango rioplatense.  Ya se sabe que El Viejo Pancho fue un prodigio de adaptación al medio. Era gallego, gallego de Galicia. A los quince años ---es decir, hacia 1872 o 1873--- se vino al Río de la Plata e intentó radicarse en Chivilcoy (la ciudad de Contursi pero éste aún no había nacido). Después se fue a El Tala, en el departamento uruguayo de Canelones. Los versos que escribe el gallego no se parecen en nada a las décimas gauchescas que circulan entonces. Y bien, en aquellos viejos versos del El Viejo Pancho puede encontrarse una anticipación de muchos tangos camperos.                                José Gobello VIDALITAS No hay cielo más lindo, Vidalita, Que el cielo uruguayo; Ni sol más hermoso, Vidalita, Que mi sol de mayo, Cielo y sol unidos, Vidalita, Van en mi bandera, Que ella me amortaje, Vidalita, cuando yo me muera. Es la patria mía, Vidalita, De Dios el hechizo. Y aunque muy pequeña Vidalita, Todo un paraíso. En lomas y valles, Vidalita, Sierras y llanuras, Doquier se respiran, Vidalita, Las auras más puras. Himnos nunca oídos, Vidalita, Cantan sus boscajes, Que pueblan las aves, Vidalita, De ricos plumajes. De entre el trébol surgen Vidalita, Las flores más gayas, Que adornan las trenzas Vidalita, De las uruguayas. Mi patria y la gloria, Vidalita, Se hicieron amigas: Porque fue esta tierra, Vidalita, La cuna de Artigas.                                                                          De Paja Brava, Montevideo, 1915. Manuel Suárez Suárez