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"Como Franco en Madrid": el horror no tiene límites

viernes 18 de marzo de 2011, 09:12h
Parece mentira que, en pleno siglo XXI, con los avances que la Humanidad ha registrado en todos los órdenes, el mundo asista casi impasible a esa amenaza lanzada por un personaje que, si no fuera por lo trágico, sería de ópera bufa, que presagia que los habitantes de una ciudad serán pasados a cuchillo en breve tiempo, tal vez en las próximas horas. Gadafi, el sanguinario dictador, ha dicho que entrará en Benghazi “como Franco en Madrid”. A sangre y fuego. La memoria de los pueblos es frágil y, hoy, la mayoría de los españoles no vivieron su existencia consciente política bajo la dictadura franquista. Menos aún se recuerdan aquellos años, entre 1939 y 1943, calificados luego como “de penitencia”. Los historiadores aún no se ponen de acuerdo, porque los archivos fueron escondidos o destruídos, acerca de cuántos españoles fueron fusilados por españoles por el hecho de haber perdido una guerra en la que combatieron contra quien se levantó contra la legalidad -lamentable legalidad, si se quiere, pero legalidad al fin; no es el momento de discutirlo- republicana: ¿diez mil?¿cuarenta mil? Quién sabe. Hasta su recuerdo se ha desvanecido, y ay de quienes han intentado revivirlo; puede que ni convenga, a estas alturas, hacerlo. Quién sabe. Pero la Historia está ahí, aunque la escriban los vencedores, para no repetir sus pasajes más aberrantes. La entrada de las tropas franquistas en Madrid tuvo mucho de aberrante, de aplastamiento del vencido por el vencedor, y muy poco de humanitaria, casi nada de acorde con las normas que rigen en los países civilizados y democráticos. Que alguien, un tiranuelo propio de eras medievales, ponga como ejemplo de táctica o de estrategia militar lo que sucedió en Madrid hace setenta y dos años, provoca escalofríos. Lo mismo que la tibia reacción de las naciones ricas, democráticas, estables, ante la amenaza de auténtico genocidio que se cierne sobre los habitantes de Benghazi, donde los periodistas que podrían contar lo que ocurre han sido amenazados de muerte, entre ellos la enviada especial de este periódico, Lourdes Carmona, y se han visto forzados a replegarse. Así, sin testigos, se va a desarrollar la masacre. Con un Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que ha cumplido, tarde, mal y poco, con lo que ha creído que es su deber, lanzando una mínima condena y un inexistente plan de acción para combatir al tirano. No, esto no es Irak, aunque algunos, con no muy buena voluntad, creemos, quieren establecer paralelismos. Nada que ver una cosa con otra. Saddam era un tirano, claro que sí; incluso un genocida. Pero Irak era un país estable y la intervención estadounidense se produjo con falsos pretextos y razones. La intervención contra Gadafi es imprescindible no solamente para salvar la vida de miles de personas que, de lo contrario, están irremisiblemente condenadas; es necesaria por su poder ejemplarizante. En el mundo no caben tipos como este. Una vez más, desde este humilde rincón, pedimos manifestaciones contra ese régimen aberrante y sus legaciones diplomáticas: parece increíble que aún queden ‘embajadores’ y personal de las embajadas que se proclamen leales a la bestia sanguinaria. Puede que aún estemos, en el límite, a tiempo, para acabar con este peligro para el género humano. Gadafi: Como Franco en Madrid" Occidente ayudará a los rebeldes libios contra Gadafi
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