www.diariocritico.com

Crítica de cine

La Legión del Águila: Una oportunidad perdida

martes 05 de abril de 2011, 13:14h
La Legión del Águila es un intento por recuperar las esencias del mejor cine de aventuras pero que fracasa en su intento. El realizador, Kevin McDonald, sabe imprimir un cierto toque veraz a esta historia de romanos pero la película va decayendo en interés hasta llegar a un final bastante absurdo.
La película comienza bastante bien, con la llegada del protagonista a un campamento de Britania. Nos enteramos de que el joven centurión vive obsesionado con la desaparición de su padre, los 5.000 hombres que mandaba, la Novena Legión, y la desaparición del estandarte de la misma, un águila de oro, que hizo que el emperador Adriano levantase un muro para sellar el territorio ya conquistado de las tribus del Norte. Con esta premisa, los primeros minutos, las relaciones con los otros oficiales y el primer combate, se contemplan embelesados. 

A partir de aquí la película comienza a declinar. La llegada a casa de su tío y el comienzo de la relación con el co-protagonista, un esclavo britano al que salva de una muerte segura, son de un nivel inferior a los primeros minutos pero de algún modo salvables, siempre es agradable ver a ese gran actor que es Donald Sutherland. Pero es a partir del momento en el que el protagonista decide salir en busca del águila perdida con su esclavo cuando la película se precipita hasta el absurdo. 

Con una lograda ambientación de época, una buena fotografía y un cuidado vestuario, la película había conseguido hasta ese momento transmitir una sensación de veracidad y crudeza que se olvida completamente una vez que los protagonistas traspasan la frontera que marca el Muro de Adriano. Como ya hiciese en las interesantes "El último rey de Escocia" y "La sombra del poder", sus dos anteriores películas, en director Kevin McDonald centra el argumento en la amistad entre dos personajes antagónicos, ya sean un médico y un dictador, un reportero y un congresista, o un conquistador romano y un britano conquistado. Este es el gran problema de la película y es que es muy difícil creerse la historia de amistad entre estos dos personajes radicalmente opuestos. 

Channing Tatum y Jaime Bell no logran la química necesaria entre sus personajes. Bell sigue sin lograr hacer olvidar el personaje de Billy Elliott, aunque todo puede cambiar en este 2011 cuando, de la mano de Steven Spielberg y Peter Jackson, se convierta en el reportero belga más famoso de todos los tiempos, Tintín. Tahar Rahim, el protagonista de la impecable 'Un profeta', impone como miembro de la tribu de los Foca, aunque su 'look'nos lleva a una de las películas con las que más tiene que ver la última parte de esta película, El último mohicano de Michael Mann. 

La recuperación del águila, con su posterior huida y última defensa, puede entrar en los anales del absurdo haciendo olvidar la interesante introducción.  Sin duda, una gran oportunidad perdida de lograr un producto entretenido sin atentar contra la inteligencia de los espectadores. Vea también:
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios