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Adopta un discurso 'churchilliano' para los catalanes y poco complaciente con Madrid

Artur Mas pide sacrificio a Cataluña y promete confrontación con España si es menester

Artur Mas pide sacrificio a Cataluña y promete confrontación con España si es menester

En los primeros cien días de su Gobierno, el president apela a la necesidad de dejar un país mejor a las nuevas generaciones

jueves 07 de abril de 2011, 01:26h

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha conmemorado esta tarde los cien primeros días de su gobierno con una conferencia en la que ha intentado explicar las razones de fondo de los recortes sociales que está llevando a cabo y ha lanzado una advertencia al Gobierno central. O el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero cumple a rajatabla los compromisos financieros con la Generalitat o tendrá que verse las caras con la Generalitat. "No tendremos miedo a la confrontación si hace falta", ha dicho. Pero también ha pedido, al modo de Winston Churchill, grandes sacrificios a los catalanes.

En un momento en que las protestas sociales arrecian por los recortes en educación, sanidad, servicios sociales, cultura y otros ámbitos, el presidente de la Generalitat ha intentado hacer el relato que muchos, incluso en su propio partido, echaban en falta desde comienzos de la legislatura. "No lo hacemos para hacer daño, sino porque es necesario", ha dicho Mas recordando que la Generalitat se ha comprometido a reducir el gasto en 2.600 millones de euros, lo que significara recortes lineales en casi todos los departamentos. En su discurso, el presidente de la Generalitat ha hecho hoy un llamamiento al pueblo de Cataluña a asumir en los próximos tiempos duros "sacrificios" y renunciar a una parte de su bienestar, para no hipotecar el futuro de sus hijos y para evitar convertirse en "la generación más egoísta de la historia". Desde el Saló de Sant Jordi del Palau de la Generalitat, ante más de 300 invitados, Mas ha pronunciado una conferencia titulada 100 días de cambio, para hacer balance del arranque de su primer mandato al timón del Gobierno catalán. Delante de un plafón con el lema La feina d'ara és el nostre futur (El trabajo de ahora es nuestro futuro), y después de que una voz en off tuviera por dos veces un lapsus lingüístico, al presentar esta conferencia sobre los "100 años de gobierno" de Artur Mas, el presidente catalán ha iniciado su discurso aclarando entre sonrisas el tiempo que lleva en Palau de la Generalitat: "Son cien días...". Mas ha dedicado la mayor parte de su hora de intervención a justificar los severos recortes que prepara el Gobierno catalán para reducir la deuda y el déficit que arrastra Cataluña y ha avisado a los catalanes del "espiral diabólico" en el que entraría el país si no se aplicaran ya una serie de dolorosos ajustes. "Cuantas más deudas se acumulan, más intereses hay que pagar, lo que genera más impuestos, menos bienestar y menos inversión. Cuando entras en esta espiral, es muy difícil salir. Si no controlamos la deuda, una parte muy importante de los impuestos de los catalanes servirá para pagar intereses a bancos y cajas", ha alertado. Consciente del malestar que pueden generar los recortes sociales que deberá aplicar el Gobierno catalán para reducir un 10% el presupuesto de 2011 y ahorrar 2.600 millones de euros, Mas ha intentado concienciar al conjunto de ciudadanos sobre los riesgos que implicaría la inacción, lanzándoles una serie de incómodas preguntas. "¿Queremos seguir con la inercia de vivir por encima de nuestras posibilidades, aunque sea a costa de hipotecar el futuro de nuestros hijos? ¿Queremos ser la primera generación de la historia que deja un legado más estrecho a sus hijos que el que heredó de sus padres? ¿Estamos dispuestos a abusar de nuestro sistema de bienestar aunque sea a costa de que nuestros hijos deban vivir peor?", ha planteado. Mas se ha reservado para el final las dos preguntas definitivas: "¿Estamos dispuestos a no sacrificar nada del presente a cambio de no ser solidarios con nuestros hijos? ¿Estamos dispuestos a que nos cuelguen la etiqueta de la generación más egoísta de la historia?". Estas consideraciones, según el presidente catalán, deben pasar por encima de los "legítimos intereses particulares y corporativos" de quienes puedan verse afectados por los recortes del Ejecutivo catalán, que está obligado a mirar "por el bien común". El presidente de la Generalitat ha citado otras razones para aceptar ahora los sacrificios. Formar parte del selecto club europeo implica ceñirse a unas normas de equilibrio, esfuerzo y austeridad: "Nos toca cumplir estas normas si queremos ser ejemplo dentro de Europa y no los parias de Europa", ha dicho. Otro motivo para asumir los recortes es que "está en juego el autogobirno" de Cataluña, ya que si no cumple sus deberes el país se verá abocado a una intervención como la griega o la irlandesa. Además, "Cataluña se ha tenido que enfrentar a situaciones mucho más complicadas" que ahora, por lo que los recortes son asumibles. Mas ha reconocido no tener ninguna "varita mágica" para enderezar la grave situación financiera de la Generalitat sin tijeretazos y se ha limitado a prometer "espíritu de servicio, ganas de cambio, nuevas actitudes, coger el toro por los cuernos, disciplina, austeridad, imaginación, consenso, diálogo y sentido de país".
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