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Desde el gallo de la Almundena: Lo que va de un Campillo al valor de Inda

Desde el gallo de la Almundena: Lo que va de un Campillo al valor de Inda

domingo 10 de abril de 2011, 21:48h
Hace unos días, un amigo y colega de la prensa madrileña me preguntaba acerca de Óscar Campillo, "ese al que Pedro J ha nombrado director de 'Marca"... La respuesta es que no tengo ni idea acerca del personaje, ni conozco su obra -si es que la tuviera o tuviese- y que lo único relevante que me cuentan por las orillas del Pisuerga es que es persona de la máxima y entera confianza de Juan Vicente Herrera. Relevante será en cualquier caso para el interesado y sus mamandurrias, porque para mí eso no es mérito alguno sino desdoro en profesional de la cosa independiente y que se precie. Si, además, es persona de confianza o amistad, como se dice por Madrid, de José Luis Rodríguez Zapatero está todo dicho. Me cuentan también que gracias a esa relación íntima con el jefe del gobierno autónomo castellano y leonés consiguió ser el primer director general de Televisión de Castilla y León, el canal privado pagado con dinero de los pobres contribuyentes de mi tierra que parece ser tiene el raro honor de tener el 0 como máximo exponente en sus ‘shares’. Con este bagaje de éxito inconmensurable llega a Madrid el tal Campìllo. Pero ya se sabe que en esta vida, y más en este oficio, es más importante caer en gracia que ser gracioso. Y don ‘Óscar', dicen, tiene una suprema habilidad para caer en gracia ya sea a un derechón grandón como Herrera o un rojo desteñido y supermediocre como Zapatero. Entonces, digo, llegará lejos y lo mismo da si sabe redactar un ‘lead’ o no o gestionar una tele que dicen ha costado ya al erario público la módica cifra de 100 millones de euros. La herencia del gran Inda Si se lo digo por corto y por derecho a mí el tal Campillo me importa una higa. Casi tanto como yo a él. Porque, además, no tengo poder ni dinero que repartir. A mí lo que me interesa es mi amigo Eduardo Inda, cuatro años batiendo récords al frente de todos los productos Marca, un periodista ‘agitador’, iconoclasta y escasamente sumiso al poder. Esto es lo que va a recibir Campillo. Con el diario más leído de España en su cuota histórica más alta. ¡A ver de si es capaz de aguantar esa herencia! Si ha conseguido ese puesto gracias a los buenos oficios con Pedro J ante ZP durará menos que un croissant a la puerta de una chabola gitana. Inda, desde luego, lo que no es componedor, sumiso y congraciable. Hace lo que tiene que hacer y ahí están los resultados. Puede ser que en esta ocasión a Ramírez le salga el tiro por la culata como cuando sustituyó a Melchor Miralles por Ernesto Sáenz de Buruaga y ahí están ahora los resultados. El Campillo ignoto por estos lares madrileños e inédito desde el punto de vista del gran ‘input’ profesional tiene que demostrar ahora, en una redacción que le va a recibir de uñas y soliviantada, de lo que es capaz. No se trata ya de ser simpático o políticamente correcto. Y mucho menos se tendrá el colchón de dinero público para aguantar fracasos. Por cierto, abstenerse de mandarme SMS invitándome a cenas homenajes del susodicho. No voy ni siquiera al mío. Graciano Palomo. Periodista.
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