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Crítica de la película

'Carlos': Vivisección de un terrorista

'Carlos': Vivisección de un terrorista

jueves 14 de abril de 2011, 12:21h
'Carlos' es una gran noticia para una cartelera que invitaba muy poco a ir al cine. El director francés Olivier Assayas ha dirigido con pulso firme un 'biopic' del terrorista más famoso de los años 70 y 80, Ilich Ramírez Sánchez, más conocido como 'Carlos, el Chacal'.
Esta película que ahora se estrena es la versión corta para cines de la miniserie de TV 'Carlos' que se estrenó en el Festival de Cannes el año pasado. Sin haber tenido la ocasión de ver la serie al completo, de 333 minutos de duración, la versión que nos ha llegado, con 165 minutos, es un excelente retrato de una época muy particular. Unos años donde el terrorismo anticapitalista o antiimperialista de tipo izquierdista estaba en boga. Es la época del grupo Baader-Meinhof en Alemania o las Brigadas Rojas en Italia, unos años en los que se cultivó el 'mito' de Carlos. 

La película transcurre en un periodo aproximado de 20 años, los que van desde 1973 cuando adopta su apodo, lo de 'El Chacal' vendría después de manos de la prensa inglesa, hasta su detención en Sudán en 1994. No nos lo da todo mascadito, ni trata de hacer un juicio sumarísimo al personaje, simplemente deja que sus acciones hablen por él, sin necesidad de emitir juicios de valores. Así vemos algunos de sus más nefastos logros, como su bautismo de fuego contra el dueño de los almacenes Marks & Spencer, el asesinato de dos policías en París o la toma como rehenes de los representantes de los países de la OPEP en Viena. Todos estos episodios están contados con vigor y precisión, logrando un gran ritmo cinematográfico. 

 Todo esto se mezcla con un retrato más íntimo del personaje, su egolatría, sus contradicciones, su carisma o su apetito sexual. Edgar Ramírez se luce dándole vida. El venezolano entrega una espléndida actuación, muy en la línea de Javier Bardem, comprometiéndose con su personaje tanto física como emocionalmente. En la segunda parte de la película se baja el ritmo pero aun así encaja perfectamente con el momento del personaje. Tras la caída del muro de Berlín Carlos es un personaje totalmente fuera de lugar, un dinosaurio que debería haberse extinguido y que sigue viviendo en el pasado. Aunque también es un hombre más preocupado en hacerse una liposucción que en hacer la revolución. 

Puede que las elipsis temporales sean muy bruscas y que algún que otro secundario necesite más atención, pero, por lo general, el recorte para su estreno en las salas de cine no ha disminuido su efecto. Claro que sería una gran noticia si alguna cadena de televisión estrenase la serie al completo. Aun así la película es muy recomendable y logra crear un retrato de lo más complejo de un asesino que creía que detrás de cada bala disparada había una idea. Una última recomendación, es absolutamente imprescindible ver esta película en versión original, ya que su mezcla de idiomas (español, inglés, francés, alemán o árabe) juega totalmente a su favor.
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