Interés general

Políticos y periodistas tenemos un rasgo que nos une, la extraña habilidad para exponer siempre de cuestiones que no interesan demasiado a la ciudadanía. Unas veces lo hacemos porque estamos alejados de la realidad y otras porque resulta más cómodo para nuestro trabajo. También por endogamia. Esta es una pequeña muestra de algunos asuntos en los que políticos y periodistas nos ponemos de acuerdo para lograr el agotamiento y el desinterés del ciudadano o lector. . Debate por la continuidad del presidente Zapatero. Los periodistas hemos reproducido durante meses el interés de conveniencia de los propios políticos sobre este asunto. La calle no ha seguido este debate. Ya tenemos el desenlace. Vale. La calle vuelve a ignorar las noticias sobre el supuesto duelo entre Rubalcaba y Chacón. Todo a su tiempo. . Reacciones ante las negociaciones con ETA. El electorado sabe que surgen cada cierto tiempo y ya se ha acostumbrado a contemplarlas como arma arrojadiza entre adversarios políticos. Lo que quiere realmente el lector es que ETA deje las armas de una vez por todas y se respete el pacto antiterrorista. En otras palabras, mejor callados. . Competencias sobre el río Duero. El varapalo sufrido por el Estatuto de Castilla y León no ha impactado en la ciudadanía pese a su calado político. La búsqueda de una solución para la gestión del río tendrá el mismo efecto popular. . Moody’s. Los medios acogen sus dictámenes con alborozo. El lector no sabe de qué se trata. Los políticos utilizan sus resoluciones según la estrategia del momento. . Inauguraciones oficiales. Los cargos públicos ignoran que su continua presencia en los medios fatiga a los lectores o televidentes. Todos hemos contemplado cómo en los últimos días hábiles del periodo preelectoral se han inaugurado dos y tres veces la misma carretera o instalaciones inacabadas. El personal se lo ha tomado a chunga. La inauguración de un aeropuerto sin aviones y la maqueta de un hospital en la Comunidad Valenciana ha causado hilaridad. Por mi parte, yo ofrezco desinteresadamente a las autoridades regionales mi maqueta de trenes para simular cuando lo deseen la inauguración de los correspondientes soterramientos de ferrocarril pendientes en la región. . Declaraciones de los políticos. En el argot periodístico es el bla bla bla. Una cosa es una entrevista en profundidad y otra la cadena de declaraciones repletas de palabras huecas que ni sorprenden a nadie ni invitan a la lectura. Más de lo mismo. . Interpretación de las encuestas. Los medios publican cada cierto tiempo una serie de encuestas con la intención de voto. Uno de los objetivos es la propia publicidad del medio al difundirse los resultados de estas consultas. Ante la proximidad de unas elecciones el lector ya sabe por dónde van los tiros. La verdadera encuesta está en las urnas. La orientación de las declaraciones de la clase política es favorable  si la intención de voto les beneficia. De lo contrario, descalifican las encuestas. Al lector le da lo mismo. . Noticias de mítines en los telediarios dominicales. Carecen del menor contenido informativo. Se trata de buscar un equilibrio para difundir las  imágenes de los fines de semana  de los dirigentes. Viene a ser una publicidad sin pasar por caja sin el menor interés. . Fotografías de los políticos. Los políticos creen que los medios tienen la obligación de seguirles a diario para dar a conocer sus visitas. Consideran que si no se publica su fotografía en los periódicos existe una campaña orquestada contra ellos. Si salen, es un síntoma claro de que hacen cosas. No se les pasa por la cabeza que los medios son las víctimas porque palpan el hartazgo de los lectores ante la presencia continua de las mismas caras sin contenidos informativos dignos de mención. Estas curiosas particularidades de periodistas y políticos se contradicen, sin embargo, con la falta de claridad de algunas explicaciones sobre asuntos que sí interesan a la ciudadanía. Ahí está, por ejemplo, el largo despliegue informativo sobre la crisis económica sin que el lector haya llegado a entender sus orígenes. La responsabilidad es siempre de los mercados y ahí se termina todo. ¿Pero quiénes son los mercados? Probablemente sea un eufemismo para no entrar en más detalles que no interesa airear. Ahora se habla constantemente de la recuperación. El márquetin político comienza a insistir en la rehabilitación económica y no le dolerían prendas en hacerlo con mayor descaro si no fuera por la existencia de cuatro millones de parados. Otro asunto difícil de entender en los medios es el fracaso de la fusión de las cajas de ahorro de la comunidad. PP y PSOE vendieron el acontecimiento una soleada mañana en una reunión multitudinaria con periodistas, editores y consultores con un mensaje inequívoco, todo el mundo estaba de acuerdo en que era la mejor solución. Nada más lejos de la realidad, como hemos visto luego. Mientras algunas cajas se iban descolgando del proyecto, el debate en los medios estaba en la ubicación de la sede de la futura caja. ¿León, Salamanca o Valladolid? Ahora nos encontramos con que no habrá caja regional y la capital financiera de la región puede ser Málaga. Carlos Roldán. Periodista.