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Madrid-Barça: ya no hay empate, llega el primer KO

Madrid-Barça: ya no hay empate, llega el primer KO

martes 19 de abril de 2011, 00:07h
Tras la tempestad, la calma. Y tras la calma chicha y escasamente espectacular en juego del primer Madrid-Barça, llega el segundo, que ya traerá un K.O. para uno de ellos, para el que pierda el partido de este miércoles en Valencia. Y es que, por fortuna, así es  precisamente el torneo del KO, también conocido por la Copa del Rey. Nada que ver con la Liga, una competición en la que prima la regularidad y por eso todo apunta que la va a ganar no sólo el mejor equipo, sino el más regular: el que entrena Pep Guardiola. En la Liga, incluso se pueden dar resultados que contenten a ambos equipos. Como aocnteció el pasado sábado en ese enfrentamiento inicial de los cuatro previstos en poco más de dos semanas. Sí, porque el empate, lógicamente no pactado, satisfizo a ambos. De un lado, los azulgrana, aunque era la primera vez en la égida de Guardiola que no ganaban a los blancos, tampoco perdían y con esa igualada prácticamente  aseguraban el título liguero al mantener la amplia diferencia de ocho puntos -y la de goles a favor en caso de poco probable empate a puntos final- a falta tan sólo de seis jornadas para el término de la competición. De otro los de Mouriniho -pese al planteamiento ayuno de grandeza, ultradefensivo y cobarde de éste- lograban no sólo no pperder, sino demostrar que no son imbatibles e igualar el marcador con el penalti transformado por Ronaldo cuando estaban con uno menos, en uno de esos derroches de casta y bemoles que siempre caractyerizó a este equipo desde los tiempos del mítico albaceteño Santiago Bernabéu. De modo que ese empate, ni chicha ni 'limonà', fue como tras las elecciones: todos ganan, ninguno pierde y olé. Pero... Pero ahora llega la cara y la cruz, la alegría y el chirriar de dientes. Llega la Copa, además en su finalísima, que no permite medias tintas ni victorias morales, Aunque sea en la prórroga o tras los penaltis, uno engrosará sus vitrinas con un nuevo trofeo -si es el Barça, poseedor del récord de Copas será el 24º; si es el Madrid, el 18º con el  añadido de que será su primer éxito desde hace dos décadas. Y otro será el triste derrotado frente, y eso puede ser lo que más le duela, a su eterno y más encarnizado rival.  Es verdad que, en caso de derrota, la afrenta será menos para los azulgrana, que, salvo terremoto deportivo impensable, ya se han asegurado la tercera Liga consecutiva y les resta la Champions: Y será mayor para los madrileños porque sería el segundo título que pierden en cuatro días y puede darse un nuevo año en blanco de los blancos -tremebundo fracaso para su presidente Florentino Pérez- tras los decenas de millones gastados en fichajes-. Además, y con ello el morbo de este partido definitivo, trágico y alegre para el perdedor y ganador respectivamente, se agranda: de cara a la moral y al doble e inmediato enfrentamiento en las semifinales de esa Liga de Campeones, esta finalísima puede tener efectos colaterales importantes y quizás decisivos. Porque habrá alegría y moral preforzada por una parte y crujir de dientes y moral por los suelos por la otra de cara a ese doble enfrentamiento casi inmediato de Champions. Porque, se insiste: ya no hay empate. Llega el KO. Y que gane el mejor.
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