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“Nos hemos convertido en un pueblo de incredulidad y lejanía de Dios?

El Papa Benedicto XVI en su homilía de Jueves Santo critica a las naciones de Occidente, por perder la fe

El Papa Benedicto XVI en su homilía de Jueves Santo critica a las naciones de Occidente, por perder la fe

viernes 22 de abril de 2011, 03:30h
El Papa Benedicto XVI habló en su homilía de jueves Santo del abandono de la religión en los países occidentales. Dijo que los centros del cristianismo se están alejando de la fe. Indicó que a veces parece que Occidente se ha aburrido de su propia historia y cultura. "¿Acaso no nos hemos convertido en un pueblo de incredulidad y de lejanía de Dios?", se preguntó durante la ceremonia en la Basílica de San Pedro. "¿No es verdad que el Occidente, que los países centrales del cristianismo están cansados de su fe y, aburridos de su propia historia y cultura, ya no quieren conocer la fe en Jesucristo?", añadió. Acercándose a la sexta Pascua de su pontificado, el Papa dijo que la beatificación el 1 de mayo de su antecesor, Juan Pablo II, podría ser una oportunidad para recordar a un hombre de una gran fe. "No obstante toda la vergüenza por nuestros errores, no debemos olvidar que también hoy existen ejemplos luminosos de fe; que también hoy hay personas que, mediante su fe y su amor, dan esperanza al mundo", dijo Benedicto. La beatificación de Juan Pablo promete ser el mayor evento en Roma desde la muerte del carismático y popular pontífice polaco en el 2005, cuando millones de personas fueron a ver su cuerpo o asistieron a su funeral. Funcionarios del Vaticano esperan que al menos 300.000 personas, incluyendo decenas de miles provenientes de Polonia, llegarán a la capital italiana para participar en tres días de eventos en los cuales Juan Pablo será declarado "beato", el último paso antes de la santidad. El Papa Benedicto habló en la misa de Jueves Santo para conmemorar la fundación del sacerdocio por parte de Cristo durante la Ultima Cena, la noche anterior a su muerte. Más tarde el Papa lavó y secó los pies de 12 hombres en otra ceremonia tradicional en conmemoración del gesto de humildad de Cristo hacia sus apóstoles. El Papa, con desafíos enormes en todos los frentes El Papa, al frente de más de mil millones de católicos, enfrenta desafíos enormes, que van de los escándalos de sexo y dinero que empañan la imagen de la Iglesia al ocaso de Occidente y las amenazas del islamismo, pasando por la competencia de las sectas pentecostales. Si bien el pontificado de Juan Pablo II, que será beatificado el 1 de mayo, dio enorme visibilidad a la Iglesia, ella resulta en plena crisis en el 2011, dividida y llena de dudas. Dos mil años después de su fundación y 46 años del Concilio Vaticano II, que modernizó a la Iglesia, muchos se interrogan acerca del "barco que parece que se hunde", como dijo en el 2005 Joseph Ratzinger, poco antes de su elección como pontífice. "¡Cuánta suciedad en la Iglesia!", clamó entonces. Según fuentes eclesiásticas, el futuro Papa se refería indirectamente a la pedofilia, un escándalo que estalló poco después, aunque denunciaba también la corrupción y los conflictos internos dentro de la institución. Benedicto XVI optó por adoptar una línea severa contra los sacerdotes culpables y dejó de garantizar protección a las jerarquías que los cubrían. Pero el rostro de la Iglesia está enlodado, por lo que numerosos católicos abandonan la Iglesia, en Bélgica, Irlanda, Alemania. La pérdida de fieles en Europa, un fenómeno que afecta también a los protestantes, y la ausencia de cultura religiosa, el "relativismo ético", tildado por el Papa como "una dictadura", llevaron a Benedicto XVI a crear el Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización. El refinado teólogo alemán, impregnado de cultura europea, está empecinado frente al rechazo de la sociedad de reconocer la "belleza" del mensaje cristiano. Un tema tan central para él que muchos le reprochan una escasa atención hacia el continente más católico del mundo, América Latina. Gobernar la Iglesia es cada vez más difícil, inclusive porque ha aumentado el número de católicos en el mundo. La puesta en juego es la aculturación, enraizar la fe en las culturas, abandonar una iglesia autoritaria y hermética, que solía expresarse sólo en latín. Los disidentes, marxistas o no, fueron apartados, a menudo con dureza. Frente a la ola de "protestantismo" en las comunidades católicas, el Vaticano recurrió a los movimientos más conservadores y obedientes: Opus Dei. Otros desafíos recaen sobre el pontífice, de 84 años. El incremento del catolicismo en África acarrea problemas: el Evangelio supera las fronteras étnicas, aunque algunos obispos no respetan esa exigencia. La aculturación ha tenido desvíos, han surgido iglesias autónomas, se mezclan creencias tradicionales con la fe, el sacerdote puede caer en la tentación de favorecer su propio clan. Al igual que en África, en Brasil, las sectas evangélicas profesan su propia fe y suelen aprovecharse de la religiosidad de los más pobres. Compiten alegremente con la Iglesia de Roma, contra sus ritos y su disciplina. El Papa tiene también que administrar las difíciles y complejas relaciones con el islam, sea ese suní o chiíta. La amenaza islamista pesa en Medio Oriente, donde residen desde hace milenios comunidades cristianas. Por último, el gran desafío es la inmensa China, donde la Iglesia que el Papa reconoce tiene grandes dificultades para salir de la clandestinidad.
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