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Anotaciones para dos tangos de don Víctor Soliño.

Anotaciones para dos tangos de don Víctor Soliño.

viernes 22 de abril de 2011, 19:09h
Mocosita La historia de este tango es muy apropiada para hablar de la honradez de don Víctor, un autor que por ser hombre de palabra fue el único que le dijo no a Carlos Gardel. El hermoso libro de Soliño Mis tangos y los atenienses  detalla, por medio de una prosa fluida, todos los pormenores que envolvieron el éxito de Mocosita, Maula, Niño Bien, Garufa y Adiós, mi barrio. La vida pública del tango Mocosita comienza en 1925 en el cabaret montevideano Royall Pigall  cuando lo estrena Pepita Cantero en la revista Seguí Pancho por la vía con texto literario de Soliño y Fontaina. El tango fue un éxito. En mayo de 1926 la voz de la reconocida cantante Rosita Quiroga realiza la primera grabación del tema, con muchísimas ventas tanto en Buenos Aires como en Montevideo. Unos meses después el representante de Gardel en Montevideo, Perico Bernat, compañero de Soliño en el diario El Plata recibe una carta de Gardel en la que le informa que gravó el tango Mocosita (Discos Odeón nº 18177) y quiere la autorización de Soliño para poder ponerlo a la venta. En la carta Gardel decía que ya tenía la conformidad de Matos Rodríguez [autor de la música] pero que dejaba en manos de Soliño la decisión final. El muy documentado investigador uruguayo Boris Puga en un artículo sobre los letristas que colaboraron con Matos Rodríguez hace una aclaración que merece transcribirse: "Entre Víctor Soliño y Matos Rodríguez existía una amistad gestada en los años de la adolescencia. Nacidos en el mismo año (1897) el españolito que vino de pequeño desde la Bayona hispánica amigó con el muchacho de la Ciudad Vieja y se hermanaron a través de los tiempos. Larga es la cartelera de exitosos títulos que compartieron, partiendo de Mocosita. Y un dato que no por suficientemente difundido ha de dejarse al margen en esta reseña, nos recuerda que Soliño debió  ser el letrista de La Cumparsita… que ese era el sincero deseo del autor. Con su invariable modestia, Soliño declinó el ofrecimiento porque no se creía dotado de gracia para escribir la letra festiva de una marchita carnavalera. (Tan luego él, que sería el monarca de la solfa hilarante y el letrista nº 1 del Carnaval montevideano…)" En aquellos años la mayor aspiración de cualquiera autor era que Gardel le  grabara un tema, un hecho que significaba como escribe Soliño: "el espaldarazo que abría de par en par las puertas de la Orden de los Caballeros del Tango. Todo eso lo pensamos en aquel momento; pero pensamos también que cuando dábamos los primeros pasos vacilantes por un camino que, felizmente, se abrió después generoso y simpático, Rosita Quiroga nos había tomado de la mano, había alentado nuestras ilusiones y fortalecido nuestras esperanzas. Habíamos contraído con ella un compromiso que no estaba registrado en ningún papel y que ni ella misma conocía: no permitir que los tangos que ella cantara fueran registrados por otra voz que no fuera la suya" Quiero recordar que la famosa Libertad Lamarque, hija de una emigrante coruñesa llamada María Bouzas, la noche que subió por primera vez a un escenario en Buenos Aires cantó Mocosita. En España fue un tango muy popular, cantado en teatros y hasta con una versión en parodia gravada en discos Gramófono  por el músico y humorista Ramper. Maula Estamos en el carnaval montevideano de 1927, los famosos carnavales del Uruguay, que ya comenzaban a estar un poco flojos y para darles fuerza se organiza un concurso de tangos en el teatro Solís. El tango premiado saldría de una votación del propio público que iba al teatro que debía votar por medio del billete de entrada que tenía un lugar para escribir. Soliño y Adolfo Mondino presentan el tango Maula que resulta ser el más votado. Soliño cuenta en el mencionado libro Mis tangos y los atenienses que Maula fue grabado en mayo de 1927 por Rosita Quiroga en discos Víctor y nuevamente insiste en que tiene con ella una deuda que no poderá pagar nunca. Dos años antes Rosita Quiroga graba en Buenos Aires el tango Volverás que quita del anonimato a dos muchachos algo locos, pero de corazón bien puesto (ellos son Soliño y Collazo). Para que no haya dudas sobre la actitud moral de Soliño recuerda a su padre gallego cuando le decía: Te prefiero ladrón antes que desagradecido. A mi, si me hacen un favor, aunque lo pague diez veces, siempre lo sigo debiendo. Queda bien claro que don Víctor cumplió rigurosamente la normativa paterna. En 1929 el tango Maula fue muy aplaudido por el público dentro de la revista musical Calada y colorada, cantado por Pepita Cantero en el teatro Albéniz de Montevideo. Manuel Suárez Suárez En aquella esquina montevideana
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