El PSC suma a Hereu a su lista negra de activos tóxicos de la que forman parte Chacón y Zapatero

Como era menester hacer una operación que, como mínimo, tuviera ecos 'lampedusianos', el PSC tuvo la feliz idea de cambiar, aparentemente, la cara de su estratega para les elecciones al Parlament de Cataluña. Total, de perdidos al río, como mínimo que diera la sensación de que algo se aireaba en Nicaragua. Y fue así como al muy visto José Zaragoza como director de campaña socialista catalana le sustituyó el desconocido para el gran público Jaume Collboni. La primera impresión sí fue realmente de cambio: por primera vez, el 'que viene la derechona' no impregnó la campaña socialista (aunque, vistos los resultados, tal vez tenga alguna explicación que el lema haya vuelto, de nuevo de la mano 'zaragocista', pero esto es harina de otro costal). El Joven Collboni pronto quiso despuntar con ideas impactantes para 'épater les socialistes' y así fue como un día se despertó y, cual 'Vickie el vikingo', dijo: "¡ya lo tengo!". Y ¿qué tenía?. Pues la brillante idea de que, sondeos en la mano, el Jefe del Ejecutivo español restaba más que sumaba y, en cambio, para él, sacarse de la manga una marginación de tan alta magnitud le elevaba al olimpo de los maestros de maestros. Hasta que alguien, con voz de mafioso interpretado por Robert de Niro, le debió decir: "Eres bueno, muchacho" (pero no te pases, 'mindundi' -y sea puesta esta imaginaria frase del paréntesis en un 'bocadillo' de cómic de aquellos específicos para referirse a lo que se piensa pero no se dice-). Total, que lo que no se toca, no se toca y le obligaron al recién llegado a tragarse sus palabras e, incluso, a añadir posteriormente que Zapatero es la gloria total para cualquier socialista. ¡Ah!, pero, hete aquí, que una vez consumado el fracaso del 29-N, encima Collboni ha caído del pedestal. Y ha vuelto Zaragoza (¿se había ido?): que también ha querido sacrificar a Zapatero en las municipales catalanas pero, por extrañas razones, no ha sido descalificado. Y por el camino, y con la excusa de que hay que preservar la campaña sucesoria de Zapatero para después del 22 de mayo, tampoco ha aparecido por catalanas tierras la ministra de Defensa, Carme Chacón, santo y seña, por cierto, de un determinado PSC -formación 'eluardiana': hay muchos, pero, por lo que siempre se ve al final, todos están en uno: el que vota con el PSOE contra Cataluña, claro-. ¿Otra vez designios de Zaragoza?. Y así llegamos al dueto principal. Uno no está porque su estrella es cada vez más declinante; la otra porque el PSC no tiene hoy rumbo -¿españolista, catalanista?- a diferencia de ella, que sí lo tiene (PSOE: véase su conformidad con el TC por el Estatut en aquel artículo firmado al alimón con Felipe González en El País, por ejemplo, o su desaparición ante el hipotetiquísimo brete de que el PSC tuviera que votar contra el PSOE por el Fondo de Competitividad). Pero, ¿y el tercero en discordia?. Jordi Hereu, de cara a lo que sería el catalanismo del PSC tal vez sólo (!) haya fallado en reaccionar demasiado tarde en criticar a su formación -cuando el mal ya estaba hecho, eso sí- por el Fondo de Competitividad. Pero su 'toxicidad' para el PSC ya viene de lejos porque le consideran gastado. No la altera el episodio. Y es que, una vez ganadas las primarias a su correligionaria Montserrat Tura para ser candidato a la alcaldía por Barcelona, y aún con la pinza en la nariz de la cúpula de un PSC que todavía blasfemaba por el resultado, la estrategia fue que Jordi Hereu ejerciera de candidato de candidatos para el resto de aspirantes socialistas catalanes. Así, la imagen de mucho de estos debía subordinarse a la de quien aspira a ser el 'hereu' (heredero) de Barcelona. Pero de esto se habló el día 28 de febrero (y que el tema no es leyenda urbana lo atestigua Diariocrítico de Catalunya). Tal vez para ofrecer un caramelito al actual alcalde barcelonés. Al día siguiente, ya nadie se acordaba de la propuesta. Bueno, tal vez Jordi Hereu, pero como, en el fondo es consciente de que su PSC le ha dejado solo...