Albiol aparca el discurso sobre la inmigración y Ballesteros pide alejar del tacticismo los grandes retos de Tarragona

El alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, ha arrinconado este sábado sus tesis más polémicas sobre la inmigración durante el pleno de constitución del Ayuntamiento de la tercera ciudad de Cataluña, en la que, por primera vez, gobernará el PP. Ante la atenta mirada de la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, y del vicepresidente tercero del Congreso, Jorge Fernández, Albiol ha cerrado un plenario muy tenso en el que PSC e ICV-EUiA han cargado contra "el discurso xenófobo" de los populares, y contra el papel jugado por CiU en las negociaciones para formar gobierno. Socialistas y ecosocialistas trataron hasta el último momento de sumar a CiU a un pacto de gobierno para impedir que los 11 concejales del PP gobernasen Badalona, unas negociaciones que fracasaron cuando la federación anunció su intención de respetar las listas más votada. En un discurso de cerca de 20 minutos, Albiol ha modulado sus propuestas sobre inmigración, y aunque ha señalado que en Badalona debe ser bienvenido aquel que venga a trabajar, pero esta vez no ha amenazado con hacer la vida imposible a los que no vengan con esta intención, sino que ha abogado por señalar "de forma clara y nítida los límites". Sin embargo, ha hecho un llamamiento a no ponerse "de perfil" ante los problemas reales de los vecinos y a hablar claro de la crisis económica, que ha considerado su principal preocupación, de la inmigración y de como priorizar los servicios sociales. Albiol tampoco se ha olvidado del gesto del grupo municipal de CiU al rechazar el pacto con PSC e ICV-EUiA y facilitarle el acceso a la Alcaldía, y ha situado a la federación como socio preferente al reclamar "muy especialmente" su colaboración para afrontar los retos que debe superar Badalona. Ahora se abre en la ciudad un período incierto ya que la beligerancia mostrada por socialistas y ecosocialistas contra el discurso del PP parece imposibilitar que se tiendan puentes durante el mandato para sacar adelante presupuestos, ordenanzas y proyectos. CiU se erige así en el único aliado plausible para los populares, por lo que los líderes de PSC e ICV-EUiA, Jordi Serra y Carles Sagués, han centrado su discurso en reprochar al alcaldable de la federación, Ferran Falcó, su decisión de permitir la investidura de Albiol, y en señalar que la decisión de que gobierne el PP se ha tomado en función de los intereses de la dirección de CiU en Barcelona y en el Parlament. Visiblemente molesto durante todo el pleno, Serra ha centrado su intervención en recordar declaraciones de Falcó en las que mostraba su oposición a dejar gobernar el discurso de Albiol, y ha lamentado que CiU "haya rifado" Badalona dejándola en manos de un PP que, según ha dicho, copia las tesis de PxC. Más duro, desde las filas ecosocialistas Sagués ha asegurado que este sábado "pasará a la historia negra" de Badalona, al haberse hecho con el gobierno municipal un partido que se ha servido de un "discurso de extrema derecha" para arañar votos en un período de crisis económica. Por su parte, Ferran Falcó ha reconocido que su posición "no era fácil" y que acudía al pleno con sentimientos encontrados", y pese a facilitar la Alcaldía a Albiol le ha advertido de que no permitirán que mantenga el discurso de crispación que mantenía cuando estaba en la oposición. La Ley Orgánica de Regimen Electoral General (Loreg) establece que de no conseguir mayoría absoluta ninguno de los candidatos se impone directamente la lista más votada en las elecciones, por lo que, pese a que Jaume Serra ha obtenido más votos que Albiol en el pleno -PSC e ICV-EUiA suman 12-- ha sido el dirigente popular quien se ha llevado la vara de la Alcaldía, al conseguir los 11 apoyos de sus correligionarios, y los cuatro concejales de CiU votar por su líder, Ferran Falcó. Hito histórico del PP Con la Alcaldía de Badalona, el PP catalán ha visto realizado este sábado uno de sus principales anhelos desde que arrancó la campaña electoral de las municipales, y consigue gobernar por primera vez en la historia en una gran ciudad de Cataluña. Prueba de ello han sido los apasionados besos que Albiol ha regalado a la vara de mando cuando ha sido investido alcalde, así como la calurosa salida al balcón del Ayuntamiento junto a Camacho, Fernández y los concejales populares para celebrar la victoria. Ballesteros, alcalde "de todos y para todos" Por su parte, el alcalde de Tarragona, el socialista Josep Fèlix Ballesteros, ha llamado a trabajar por la ciudad "por encima de las estrategias legítimas de los partidos" y ha pedido que los grandes proyectos de la ciudad queden fuera del tacticismo electoral. En su discurso de investidura este sábado, ha admitido que aunque ha sido votado por unos 18.000 ciudadanos de la ciudad e investido sólo con los votos de su grupo parlamentario, quiere ser reconocido como "el alcalde de todos y para todos". En la misma línea, la portavoz del PSC en el Consistorio, Begoña Floria, ha incidido en que los socialistas no entrarán en "provocaciones de intereses partidistas si se llegaran a plantear", en referencia a la organización de una moción de censura que el grupo de CiU habría ofrecido al PP para desalojar a Ballesteros tras las elecciones generales. Sobre esa posibilidad, el líder del PP en el Ayuntamiento, Alejandro Fernández, ha negado que sea una posibilidad: "Alcalde, esté tranquilo, no le haremos una moción de censura táctica. Y quien lo crea es que no nos conoce". En su discurso, Fernández ha subrayado la pérdida de votos de la candidatura de Ballesteros, "que tuvo un resultado extraordinario en las pasadas elecciones, pero que ha perdido tres concejales en el camino", lo que ve como una penalización a su primer gobierno. "¿Por qué no le pasó eso a Recasens y Nadal? ¿Por qué no le ha pasado a Ros, aún compartiendo unas siglas que no pasan por su mejor momento?", ha espetado al alcalde, en referencia a la mayoría absoluta que ha conseguido el también socialista Àngel Ros en Lleida. El popular, que ha admitido el fracaso de las negociaciones con CiU refiriéndose a la "incapacidad" de las dos fuerzas de llegar a un acuerdo, ha pedido a Ballesteros que no responsabilice a la oposición de lo que no pueda hacer, que no haga tacticismo en la defensa de la ciudad y que no convierta los proyectos municipales en proyectos de partido. La líder de CiU, Victòria Forns, ha remarcado que el resultado de las elecciones propicia "que no sean sólo uno o dos los partidos que marquen la ruta" y ha ofrecido una oposición constructiva, eludiendo pronunciarse sobre las negociaciones con el PP. Ballesteros ha sido investido alcalde este mediodía con los 12 votos de los concejales socialistas, superando a los 7 votos recibidos por Fernández y Forns respectivamente, que han sido respaldados por los concejales de sus partidos, y ante la abstención de una concejal de ICV. De esta manera, Ballesteros repetirá en el cargo con un gobierno en minoría, después de que CiU y PP no hayan logrado alcanzar un acuerdo de mandato para desplazar al PSC, en unas negociaciones que se han alargado hasta el último momento. Así, a pesar de las directrices de la cúpula de CiU de dejar gobernar a la lista más votada, Forns continuó los contactos con el PP para sellar un acuerdo, aunque finalmente se rompieron como consecuencia del cambio en las condiciones que habría impuesto la federación para estar tres años en la alcaldía en vez de repartirse el mandato al 50 por ciento con los populares. Con boda incluida La anécdota de la jornada en Tarragona es que el salón de Plenos del consistorio ha tenido que ser desalojado rápidamente una vez consumada la reelección de Ballesteros como alcalde, pues debía celebrarse una boda civil. Éste, pues, ha sido el primer acto de Josep Félix Ballesteros una vez revalidada la alcaldía de Tarragona.