PP y Bildu, protagonistas

El Partido Popular, como fuerza mayoritaria en el ámbito local de casi toda España, donde gobierna 34 de las 50 capitales de provincia, y Bildu, como coalición emergente en muchos ayuntamientos de Euskadi, se revelaron como los dos grandes protagonistas de la constitución de los ayuntamientos, tras las elecciones del pasado 22 de mayo. Otro jarro de agua fría para el PSOE, al que aún le queda el calvario de elegir los presidentes autonómicos. El PP logra tocar poder local incluso en Cataluña, gracias a sus pactos con CiU, y barre literalmente al PSOE en Madrid, donde los socialistas se despiden hasta de su cinturón rojo; ya ni gobiernan ciudades como Alcorcón, Getafe o Leganés. El contraste lo pone ahora Zaragoza, donde el ex ministro Juan Alberto Belloch se convierte en el alcalde de la ciudad más grande de España gobernada por el PSOE. También otro ex ministro, Abel Caballero, mantiene Vigo, la primera ciudad de Galicia, en poder del PSOE, que en la comunidad gallega ha pactado con los nacionalistas del BNG, aunque con excepciones. Menos éxito han tenido los socialistas con IU en España, que facilitó el poder al PP en una veintena de ayuntamientos, a pesar de que la suma de votos entre PSOE e IU era suficiente para frenar a los populares. Un mal día para el PSOE en ese sentido y quizá también para Cayo Lara, el líder de IU. La coalición independentista Bildu ha conquistado la alcaldía de San Sebastián y con ello un magnífico escaparate para demostrar su compromiso democrático. Bildu lidera, de hecho, las instituciones locales de Euskadi -gobierna 101 ayuntamientos, la mitad guipuzcoanos- y tiene el camino abierto para gobernar también la Diputación de Guipúzcoa. En realidad, junto al PP y a Bildu, hubo un tercer protagonista en la jornada: el movimiento 15-M, ya que los indignados aprovecharon la constitución de los ayuntamientos para amplificar sus protestas, a veces con incidentes. Hubo desalojos por parte de los antidisturbios y en Madrid se vivieron momentos de tensión coincidiendo con la investidura del popular Ruiz-Gallardón. Unos y otros van a tener que adaptarse a una máxima común en los discursos de todos los alcaldes: toca rigor presupuestario.