¿Quién gano el último debate de zapatero?

La primera jornada del debate sobre el Estado de la Nación es  sencilla de resumir: Rajoy reclamó una y otra vez, parece que hasta en nueve ocasiones, que Zapatero convocara elecciones generales anticipadas. Y repitió hasta la saciedad, bien elaboradas y ordenadas, las críticas y reproches que desde hace años viene dirigiendo al presidente del Gobierno y líder del PSOE: Todo lo ha hecho mal, desastrosamente, en su opinión, sin resquicio ni excepción. Rajoy se ofrece para reconducir la situación, empezando por  conseguir la confianza que, le reprocha, Zapatero no consigue para remontar la situación económica... Rajoy repitió en sus tres intervenciones idéntico mensaje: Deja al país destrozado, es el peor presidente de la democracia, acabe de una vez con este calvario que ha propiciado a los españoles...   Por su parte, Zapatero, que reprochó y explicó la nula aportación del PP y de Rajoy a ayudar a resolver los problemas que ha planteado la crisis, y que calificó al líder opositor como “perro del hortelano”-ni come ni deja comer al amo-,  recordó su prerrogativa constitucional: aspira a agotar la legislatura, y no tiene propósito alguno de anticipar elecciones, por la sencilla razón de que prefiere completar las reformas aún pendientes para completar la salida de la crisis que ha caracterizado y conformado su segundo mandato, en los cuatro años de la legislatura.  Y como siempre, para la sesión final del debate del Estado de la Nación han quedado dos tareas: primera, ver si hay algo práctico y útil que reseñar, si entre tanta palabra queda algún compromiso práctico y visible. Y en segundo lugar, determinar, si es posible, quién ganó el debate, de entre los portavoces y oradores participantes.  Sobre los compromisos anunciados por el presidente del Gobierno, hubo tres anuncios: Techo de gasto autonómico, o más bien, regla de gasto para las Comunidades Autónomas: En la reunión del consejo de Política fiscal y Financiera que tendrá lugar este mes de julio inminente se impondrá una regla de gasto, y se hará un llamamiento para mejorar la calidad de la información presupuestaria disponible. En segundo lugar, la  elevación de las cuantías no embargables para parados que no puedan pagar hipotecas. Lo que algún medio ya ha calificado como “colchón para embargos”, o sea, un paquete de medidas para aumentar la protección de las familias hipotecas que en determinados casos  no pueden hacer frente  al pago de la deuda contraída con el banco. Para ello, se elevará el límite de “inembargabilidad”  de los ingresos, es decir, qué parte de los salarios u otros ingresos del hipotecados pueden o no puede embargar el banco para cobrarse la hipoteca. Ahora mismo son 641 euros, y la nueva iniciativa elevará esta cifra hasta casi mil. Y en tercer lugar,  la nueva tarea del  ICO para pagar las deudas que han acumulado los ayuntamientos_ Una nueva línea crediticia de la que se podrán beneficiar los ayuntamientos para el pago de facturas pendientes a proveedores a 30 de abril de 2011.. Hubo unos pocos compromisos   más, como incrementar la seguridad jurídica en el tráfico inmobiliario, nuevas medidas a favor de los emprendedores, o una nueva regulación del silencio administrativo para convertirlo en positivo... Y la cuestión final: ¿Quién gana o quién pierde? Este debate ofrecía unas circunstancias singulares, indudablemente: Significaba una cierta despedida de Zapatero, por cuanto habrá sido su último debate de este tipo, al no ser candidato para las elecciones generales siguientes. Eso otorgaba al personaje una cierta respetabilidad, que incluso Rajoy admitió en  sus buenos deseos para el futuro de quien ha sido durante ocho años un  correoso adversario. Duran, Erkoreka, Llamazares, se unieron a continuación, en sus frases finales, a esos mismos buenos deseos expresados, a los que Zapatero contestaba agradecido, y en cierto grado también emocionado. Esa circunstancia hizo que algunos de los oradores encomiaran los esfuerzos dedicados por Zapatero al país y a los intereses de la nación, algo insólito en la vida pública, generalmente más adusta. Pero tampoco evitó que el “cara a cara” con Rajoy perdiera la agresividad y tensión que muy habitualmente ha caracterizado estos encontronazos dialécticos, en los que Zapatero anuncia o justifica unas actuaciones, y Rajoy  es fácil que “pase” y se desentienda. Eso ha sucedido, en mayor medida, en esta ocasión: Zapatero  tenía una materia llamada salida definitiva de la crisis, y Rajoy otra cuestión bien distinta: desautorizar las reformas de Zapatero, tratar de convencer a los ciudadanos de que todo lo ha hecho mal, y constituirse en la gran esperanza de que, con él a la cabeza del futuro Gobierno, las cosas empezarán a cambiar sustancialmente, porque él mismo significará y aportará razones para la confianza  y rumbos nuevos mucho más fiables a la marcha económica del país. Zapatero reprochó, a su vez, a su adversario, el hecho de que no haya hecho aportaciones a las reformas puestas en marcha, y Rajoy insistía en reclamar el final del “calvario” y de la “agonía”... Ahora cabe esperar y ver: ¿resistirá Zapatero hasta el final de la legislatura, en marzo de 2012, o no tendrá más remedio que arrojar la toalla algunos meses antes, y convocar elecciones, por ejemplo, para noviembre?  En buena medida, dependerá de lo que determinen los grupos catalán y vasco. Durán insistió en que no dará su apoyo a los presupuestos de 2012, frente a una disposición más amable y comprensiva por parte de Erkoreka. Pero aún quedan otras cuestiones que debatir y aprobar, como la reforma de la negociación colectiva, en la que puede ser determinante la posición que adopten nacionalistas catalanes, vascos, IU, BNG, CC, UPN...  De todos ellos dependerá la “resistencia final” del presidente, empeñado en llegar hasta el final de los cuatro años de su segundo mandato, sin perdonar un solo día a su sucesor en la Moncloa. Y reiterando a Rajoy, una vez más, que no se haga ilusiones, porque volverá a perder incluso “a la tercera”. Y sólo en ese punto aparecía un adusto y atento Rubalcaba., el 'sprinter' que, con  toda probabilidad, tendrá a Rajoy como competidor, aunque no se sabe en calidad de qué, o quién de los dos encabezará la bancada azul del Gobierno... Especial: