Mil heridos y 34 detenidos deja revuelta en Egipto

La lentitud de la Junta Militar en poner en marcha cambios tangibles y la falta de transparencia en el proceso judicial contra los responsables de las más de 800 muertes que se produjeron durante la revuelta empiezan a hacer mella. Tanto las familias de las víctimas como varias asociaciones de derechos humanos denuncian que muy pocos oficiales y policías han sido llevados ante la justicia, y que aquéllos contra los que se ha abierto un proceso siguen en sus cargos. El juicio a uno de los mayores responsables de la masacre contra los manifestantes, el antiguo ministro del Interior, Habib el Adli, se ha pospuesto hasta los primeros días de agosto, fecha en la que también se juzgará al propio Mubarak. Su coincidencia con el inicio del Ramadán hace a muchos sospechar que será retrasado al menos un mes más. Esta situación alimenta la creciente tensión entre manifestantes y el Consejo Supremo de las fuerzas armadas. Prueba de ello es la transformación de las consignas que se escucharon durante la revolución y que ayer gritaban muchos jóvenes: «¡El pueblo quiere que caiga el mariscal de campo!», en referencia a Hussein Tantaui, presidente de la Junta y uno de los hombres de Mubarak. Los manifestantes han convocado un nuevo 'viernes de la ira' el 8 de julio. Acceso prohibido Los incidentes comenzaron la noche del martes, cuando a varias personas que aseguraban ser familiares de víctimas de la revolución se les negó la entrada al teatro Al-Balun, cerca de la plaza Tahrir, donde se celebraba un acto de homenaje a los «mártires». La situación se volvió tensa y varias personas fueron detenidas. Un grupo de jóvenes se dirigió entonces a la sede del Ministerio del Interior, símbolo de la represión, donde fueron recibidos con gases lacrimógenos. Las noticias sobre los enfrentamientos corrieron como la pólvora en las redes sociales, lo que provocó que más y más personas se unieran a los enfrentamientos, que se prolongaron todo el día de ayer. A primera hora de la tarde, el Ejército se desplegó en los alrededores de la sede de Interior y cortó los accesos. Según el Ministerio de Sanidad hubo 1.036 heridos.