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Y ahora, el Tribunal de Cuentas

Y ahora, el Tribunal de Cuentas

sábado 02 de julio de 2011, 21:15h
Sé de muchos dirigentes socialistas andaluces a los que se le cambia la color cuando oye la plabra eres, y no precisamente la segunda persona del singular del presente de indicativo del verbo ser, sino como ya suponen, el acrónimo de expedientes de regulación de empleo. Y es que aunque algunos pensaban que pasadas las elecciones municipales del 22-M, el asunto iba a diluirse como un azucarillo en el café, la realidad es que ni la jueza Mercedes Alaya ni el PP andaluz quieren soltar una presa que, dada su enorme complejidad y las trabas que está poniendo la Junta para facilitar documentación, puede alargarse hasta las elecciones autonómicas del mes de marzo del año próximo. No es, como muchos interpretan y pretenden manipular, que ambos coincidan en sus apreciaciones y objetivos, no, es que por una vez y sin que sirva de precedente, la Justicia está llevando a cabo una investigación seria, rigurosa y profesional de un caso político sin achantarse ante las amenazas, veladas y fácticas, de una administración todopoderosa que se cree por encima del bien y del mal. Porque ya no es solo la jueza Alaya, es también la Fiscalía Anticorrupción, cuya labor hasta el momento ha sido más de contención que de investigación, y, ahora, el Tribunal de Cuentas, que también ha aceptado la denuncia del PP y deja claro que se ha permitido que, desde la Junta, se haya usado el dinero de los parados para pagar pensiones ilegales a cargos públicos del PSOE, para dar ayudas a ayuntamientos del PSOE o a empresas amigas del PSOE, para pagar campañas de publicidad de la Junta o para comprar medios de comunicación afines al PSOE. Según el auto del Tribunal de Cuentas, hay indicios de que no sólo estamos ante un escándalo de responsabilidad política, sino también de importante responsabilidad penal, según la palabras del secretario general del PP-A, Antonio Sanz, en la clausura de la XVIII Intermunicipal Popular, celebrada este fin de semana en Sevilla. Que el PP quiera continuar con las denuncias de un escándalo que tiene diversas ramificaciones en consejerías y ayuntamientos y que ha puesto encima de la mesa del Juzgado de Instrucción número 6 una de los mayores corrupciones políticas de nuestro periodo democrático, es lógico y creo que está en su derecho. Como lo tenemos también todos los andaluces de conocer los pormenores de un fraude millonario de dinero público que se ha venido dilatando en el tiempo durante muchos años y cuyo coste total en millones de euros está aún por dilucidarse. No me extraña que Pepe Griñán, en su discurso sobre el estado de la Comunidad, no quisiera referirse ni por asomo al asunto de los EREs fraudulentos aunque éste haya sido uno de los temas de los que más se ha hablado en el presente curso político y que pueden marcar el resto de la legislatura. Y es que el PSOE quiere pasar página cuanto antes de un escándalo que ha rebasado las fronteras de Andalucía y que afecta no sólo a uno o dos consejros o ex consejeros, sino a altos responsables del partido,como el secretario general del PSOE de Sevilla, José Antonio Viera, cuyo futuro ha sido puesto en entredicho por un buen número de militantes. Ya he mecionado aquí en alguna ocasión que Pepe Griñán se encuentra cada día más solo en la secretaría general del PSOE andaluz. Que varias agrupaciones provinciales como las de Almería, Cádiz, Jaén o Málaga ya están moviendo los hilos para impedir que sea el candidato a las elecciones autonómicas de 2012. Solo le faltaría que la Justicia le llamara a declarar (aunque solo fuera como testigo) por el asunto de los EREs fraudulentos, para que se viera obligado a abandonar. Llega ahora el periodo vacacional y Griñán tendrá tiempo para tratar de recomponer un partido que, tras el 22-M, parece hundido en la miseria y sin esperanzas de recuperar ese torrente de votos que se consideraba propio y que se ha ido al PP de la noche a la mañana. Por ello, aunque Zapatero quiera adelantar las elecciones generales a finales de otoño, ya se habla del 27 de noviembre, Griñán ni se plantea hacer los mismo. En estos momentos sería un auténtico suicidio y un revulsivo para que Javier Arenas pudiera hacerse.sin mayores problemas con la Presidencia de la Junta de Andalucía.
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