www.diariocritico.com

Opinión: Antonio R. Naranjo

El bikini y Benjamin Rubalcaba

El bikini y Benjamin Rubalcaba

martes 05 de julio de 2011, 16:20h
El bikini. A Leire Pajín se le puede criticar por casi todo lo que dice y hace, pero no por quién es ni dónde veranea. Casi todo el mundo tiene un mal desnudo, y a una parte nada desdeñable de los chistosos con el de la ministra les parecerá estimulante cuando dejen de bromear y se escondan bajo sus sábanas solitarias. La cuestión es que lo ha contado un medio de comunicación serio, pero no tanto, sin contar al parecer con el permiso oportuno ni explicar por qué las lorzas de la no tan joven son materia informativa y no detrito periodístico. Aunque parezca un tema menor, el robado a Pajín y las bromas de quienes luego se matan a ídems es una estupenda metáfora del país: como nadie sabe a qué debe dedicarse y cuál es su misión, es difícil saber a dónde mirar cuando la vida se tuerce. Unas van en bañador en julio, pero el gran problema es que demasiados viven en pelota picada y hablan con pedorretas. Teddy Hoffa. Bautista parece Jimmy Hoffa, pero de haber hecho algo tiene tan poco que ver con el estatus de la propiedad intelectual como la política con el robo: a nadie se le ocurre cerrar un partido o clausurar un Ayuntamiento cuando el secretario general se pone chusquero y manilargo o el alcalde descubre el posado egipcio o la suavidad del maletín. Los países que no respetan la propiedad privada son, simplemente, menos democráticos: carecer de propiedad no estimula un reparto por arriba, sólo equipara en miseria muy por abajo.     Senectud y parto. Es dudoso que Rubalcaba sea el mejor socialista posible: suena a algo así como a poner de nuevo a Santillana para solventar los problemas con el gol del Real Madrid. Es sabio, o por lo menos experto, y casi todas las críticas recibididas son meros brochazos subjetivos: no lo es, sin embargo, verle como un contrasentido químico y biológico. Va el PSOE, se pone de parto, y da a luz un abuelo. Los socialistas querían rodar ‘Volver a empezar’, pero les ha salido ‘El extraño caso de Benjamin Button’. Bildusuna. El candidato se desdobla como Houdini bajo siete grilletes. En su calidad de brillante ministro del Interior ha tenido, sin embargo, un lapsus al referirse a Bildu: “No dejamos que nos ganaran la guerra, y no nos ganarán la paz”. Habíamos quedado en que no eran ni ETA ni Batasuna, pero el subconsciente es que como un perro Breton: si le sueltas el collar, no hay manera de evitar que vaya de cabeza a la madriguera. DSK. Todos los políticos son muy de Camus, incluso sin haberlo leído: entre la justicia y su madre, se quedan con la madre. Aunque no lo sea. A Strauss-Khan costó echarlo a la pira y no han faltado manos para sacarlo de allí a la primera de cambio, como si no hubiera abuso en todo caso: el viejo verde de la chequera y la chacha negra de hotel no pueden tener una relación repentina y consentida nunca. Otra cosa es que no la forzara con los puños: le bastó tal vez con sacar el fajo, que es el paquete de los poderosos que ya usan pañal para la orina. Más gracioso es el silencio casi total de cierta izquierda y cierto feminismo oficial: sólo les ha faltado llamar puta a la camarera y pedir la canonización de Dominique. Si hubiera sido Rato…
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios