Que tanta paz lleve como...

¿A qué espera Ignacio Ariznavarreta, hasta hace unos días viceconsejero de la Junta, para llamar a su diario de cabecera y contarle el porqué de su marcha de Economía? ¿A qué espera el ex viceconsejero de Cultura, Alberto Gutiérrez, para hacer lo propio con algún diario vallisoletano? Ah, que no es normal hacerlo. Eso pensábamos todos hasta que el director de Comunicación, Ángel Losada, llamó a El Norte de Castilla y la Gaceta de Salamanca para explicarles que se volvía a Salamanca y “renunciaba” a la Dirección de Comunicación. Algo poco habitual en los altos cargos de este Gobierno: el renunciar de forma precipitada (tenía gente citada durante todo el mes) y hacer declaraciones en prensa justificando su marcha. No es el momento de valorar en esta sección el trabajo realizado por este profesor de Universidad en esta legislatura. Venía a poner en marcha una marca que no existe (no es la de “Tierra de Sabor”), ha desvirtuado los premios más prestigiosos del periodismo de la Comunidad y no ha inventado el colegio de periodistas, lo ha ralentizado… No ha logrado, pese a sus muchas marrullerías y organización de actos para mayor honra y gloria suya y de su consejero, colocarse en el equipo fetén, en el núcleo duro de la Junta. El Adelanto de Salamanca, suponemos que como venganza, titulaba ayer que podía ser el delegado de la Junta en esta provincia. Una agencia de noticias, poco después, le interpelaba y él (un experto en Comunicación) entraba al saco: “no me lo han propuesto, pero en caso de que así fuera no puedo decir sí por motivos personales”. En El Adelanto saben que los delegados suelen ser hombres de partido, bregados en la política, entregados, como los que han sonado hace días: María Jesús Moro, Bienvenido Mena, Salvador Cruz… Losada se va –dice- triste, aunque con su carrerita hecha, sus amiguetes, sus contactos. Ha utilizado la Junta para hacer carrera en su anterior vida profesional. Lo dicho, que tanta paz lleve como descanso deja.