Una Liga sin radio: sin voz en los estadios

Una detrás de otra. Un organismo, la Liga de Fútbol Profesional (LFP) responsable de que sus miembros, los clubes de Primera y Segunda, sean un ejemplo de pésima gestión económica y acumulen deudas de cientos de millones de euros, se atreve a prohibir la información radiofónica. Y esta primera jornada de la competición (en realidad, segunda, por aquello de la huelga) se quedó sin presencia de las principales radios en los estadios. La LFP, que preside quien fue también un mal gestor al frente de la Real Sociedad, José Luis Astiazarán, impuso unilateralmente un canon a las cadenas de radio para retransmitir en directo los partidos y éstas respondieron con un boicot. Ese boicot se basó en negarse a pagar dicho canon, intentar entrar a toda costa en los estadios y, por último, realizar un minuto de silencio informativo durante los comienzos de cada encuentro. Al final, se podría considerar que los ganadores son los clubes, pero en realidad el gran público del deporte está con las radios. Y no solo ellos, también se han posicionado a favor de las radios dos personajes tan mediáticos como Mourinho y Casillas, tras el encuentro frente al Zaragoza en La Romareda e igualmente muchos otros entrenadores y futbolistas se han solidarizado con los medios de comunicación. Mención especial merece el Sevilla, cuyo presidente, Del Nido, permitió a las radios entrar en su estadio, el Sánchez Pizjuán. Gestos de solidaridad con las radios, que tantos y tantos minutos de emoción nos han dado durante décadas en las ondas. ¿Se imaginan un mundo sin radio deportiva en directo? Desde luego, desde sus estudios y viendo los partidos desde la televisión se pierde mucho. Los perjudicados, como siempre, los ciudadanos. ________________________________________________________ Anteriores Im-presentables: Malvadas recetas para alentar la anorexia y la bulimia en redes sociales Las TV autonómicas cuestan lo mismo que la congelación de pensiones "Si te descuidas, los de 13 años te provocan" La 'peligrosa' mezquita de Salt Última moda: llevar ropa de Zara hecha por esclavos brasileños