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Relaciones comerciales con China

Relaciones comerciales con China

miércoles 21 de septiembre de 2011, 06:02h
La visita del presidente Evo Morales a China el mes pasado tuvo como resultado la firma de varios acuerdos de cooperación que afianzan y robustecen nuestras relaciones con el gigante asiático. Está claro que el creciente acercamiento chino-boliviano no solamente obedece a la voluntad política de ambos gobiernos que encuentran un gran valor estratégico en la relación, sino que también existe un evidente interés comercial en esta asociación. China crece a un ritmo desmesurado y cada vez más depende de las materias primas originarias de otros países para poder suplir su pujante industria. Por ello, es crucial para Beijing un relacionamiento cercano con Sudamérica debido a su carácter de proveedor tradicional de materias primas que van desde alimentos hasta minerales, pasando por los hidrocarburos. Desde el punto vista boliviano, no hay duda que China es un mercado atractivo para nuestros minerales y nuestra agroindustria. Es impensable concebir el siglo XXI sin la creciente participación asiática en nuestras relaciones comerciales. Precisamente en ese contexto, debemos cuestionarnos con respecto a las bases sobre las que estamos fundando esta cada vez más importante asociación con China. Pareciera sensato que Bolivia evite caer en los mismos errores que se cometieron con las potencias que dominaron el mundo durante los siglos XIX y XX. Entre muchos otros, existen tres elementos que deben ser tomados en cuenta para plantearnos las relaciones con China: 1. El ser sólo proveedores de materias primas a China y compradores de sus bienes manufacturados deteriora el nivel de las relaciones comerciales que pudiéramos tener con este país. Es imperioso evitar por todos los medios el reducir nuestros intercambios a esta fórmula tan funesta para cualquier economía en vías de desarrollo como la nuestra, especialmente por las potenciales consecuencias de dependencia que conllevan dichos términos de la relación. 2. Si bien es importante para Bolivia el recibir la cooperación china, no debemos olvidar que un exceso de ésta hace que la relación se defina como paternalista. Un crecimiento descontrolado de la ayuda asiática, así como de sus créditos, marca una línea recta hacia la dependencia económica y financiera de la superpotencia en formación. 3. China va camino a ser la mayor potencia internacional. El tamaño de su economía y su creciente influencia internacional no tiene parangón con ningún país sudamericano. En la medida de lo posible, los países de la región debieran concebir lineamientos conjuntos para relacionarse con el dragón asiático. Esto ayudaría a países pequeños como Bolivia a plantear una relación bilateral en mejores condiciones de negociación. Un relacionamiento estrictamente bilateral sólo es de conveniencia para China, en tanto que la búsqueda de consensos regionales para encarar los términos de nuestra relación con aquel país podrían hacer una gran diferencia en el futuro de nuestro contacto con el gigante oriental. En síntesis, debemos aprender del pasado y no reproducir los errores que marcaron nuestra relación con anteriores superpotencias. El siglo XXI genera un desafío para Bolivia y el resto de los países sudamericanos, en la búsqueda de una relación equilibrada con China que en el largo plazo rinda frutos positivos a favor de nuestros pueblos.   Aldo Ruiz Rivero es diplomático y abogado especialista en Comercio Internacional.  
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