www.diariocritico.com
Promesas

Promesas

martes 27 de septiembre de 2011, 02:20h
Semana complicada, en materia económica, la que pasó. En Estados Unidos, porque la FED, el Banco Central, prometía  que “haría todo lo necesario” para evitar otra recesión, y todos estaban más o menos tranquilos a la espera. Pero ahora, convirtió la promesa en anuncio, y lo que finalmente anunció,  resulto menos de lo que lo que los inversores esperaban. La FED comunicó  que va a vender  Bonos del Tesoro de largo plazo y va a comprar bonos del Tesoro de corto plazo, para bajar los rendimientos del bono largo. Si el Bono del Tesoro de largo plazo rinde muy poco, la esperanza de la FED es que los inversores vendan esos bonos y se dediquen a comprar otros activos. Y que, por esta razón, el precio de los otros activos, incluyendo viviendas, suba y mejore la situación de los consumidores/deudores norteamericanos para cancelar sus deudas, consumir, e impulsar la demanda y el empleo. La reacción inicial frente a este anuncio fue negativa. Por ahora, hay sensación de “muy poco”. Veremos. En Europa, por su parte, la tragedia griega continúa, pese a los esfuerzos de los líderes europeos y del Banco Central Europeo, por convencer, con sus propias promesas, de que también se hará “todo lo necesario” para mantener al Euro, y respaldar al sistema financiero, de manera de evitar las consecuencias negativas sobre los bancos de un eventual default /reestructuración de la deuda pública de los países periféricos. La distancia entre lo que se dice, lo que el mercado imagina que hay que hacer, y lo que el mercado cree que no se podrá hacer, por razones políticas, es cada vez mayor, y esto genera subas y bajas diarias de montaña rusa. En otras palabras, las dificultades que se reflejan hoy en la economía de los países más desarrollados, parecen surgir del hecho que lo que se cree que hay que hacer es mucho más de lo que se hace. Sea por falta de coordinación de políticas fiscales y monetarias; entre los diversos protagonistas. Sea por la imposibilidad de la política de  convencer a sus votantes. Sea porque el debate técnico en torno a lo que efectivamente hay que hacer todavía no ha encontrado consensos convincentes. Es este escenario el que ha hecho revisar, a la baja, todos los pronósticos de crecimiento global, con Estados Unidos creciendo muy poquito, Europa estancada, y el mundo emergente, desacelerándose. Bajando a la región. Brasil está intentando un “aterrizaje suave” de su economía, para curarse en salud frente a la caída de la demanda global, y sobre todo, frente a la salida de capitales que, habiendo ganado mucho en Brasil, ahora liquidan posiciones y huyen al refugio del dólar, hasta la próxima vez. Ello implica un intento de reversión controlada del “súper real”, devaluando suavemente, para converger a un nuevo equilibrio en la cotización del dólar en  Brasil, después de un largo ciclo de apreciación del Real, que le ha dado a los brasileños un poder de compra en dólares, extraordinario, en los últimos años, generando una corriente de gasto e inversión en el exterior formidable, de la que también se benefició nuestro país. Pero toda maniobra de devaluación controlada es peligrosa, y esta semana lo vivieron las autoridades brasileñas que, finalmente, tuvieron que intervenir vendiendo dólares, para que el tipo de cambio no subiera mucho más y les empezara a generar presiones de otro tipo sobre su economía, vía tasa de interés local, nivel de actividad y presiones inflacionarias. Con este escenario global y regional, en la Argentina del “aquí no pasa nada”, el Banco Central, que tenía la promesa implícita de acompañar la devaluación del real, para mantener nuestros precios en reales más o menos constantes, y dejar relativamente tranquilos a los industriales que le venden a Brasil o compiten contra Brasil, en sus productos, tuvo que abandonar a regañadientes esa política, porque el resultado de devaluar más rápido, sin un programa complementario, consistente, lo único que logra es acelerar la compra de dólares por parte del público, a menos que suba fuerte la tasa de interés. Pero como la orden es no hacer olas hasta después de las elecciones, aunque ya estén ganadas, dado que no sólo hay que ganarlas, hay que ganarlas por humillación, ahora tendremos un mercado cambiario “tranquilo”, e inversores e industriales nerviosos. Por ahora, Cristina ya ganó, pero la política económica, todavía no salió a la cancha
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios