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Secretario General CC.OO. Madrid

Precariedad salarial

viernes 13 de julio de 2007, 10:35h
Madrid es en España el mejor exponente de crecimiento económico compatible con un desarrollo desequilibrado.  En términos de renta per cápita Madrid se equipara a las regiones europeas más ricas.  El salario medio madrileño es el más alto de las comunidades autónomas, en parte por la alta concentración de grandes empresas públicas y privadas, sedes centrales, que mantienen sueldos relativamente más altos.  Por otro lado los altos beneficios empresariales no se corresponden con los incrementos salariales producidos en convenios de empresa y convenios sectoriales que a duras penas mantienen el poder adquisitivo de los trabajadores.

El empleo ha crecido de forma importante en Madrid pero de forma muy desigual.  Así mientras sectores como la Construcción han crecido un 40% entre 2001 y 2005 o el servicio doméstico con un 37,3 por ciento, el empleo industrial ha caído de forma significativa.  El empleo ha crecido en los sectores de mayor temporalidad y con menor cobertura de los convenios colectivos.  La temporalidad de los contratos se ha disparado en Madrid hasta alcanzar tasas cercanas al 30 por ciento.

El modelo de crecimiento asentado en la construcción y los servicios contribuye a este crecimiento de la temporalidad.  El auge de los servicios en Madrid alienta además la desregulación de jornadas laborales, los bajos salarios, la baja cualificación y altos beneficios empresariales sobre la base exclusiva de bajos costes salariales.

Algunos datos preocupantes indican que un 23 por ciento de los trabajadores madrileños cobran salarios inferiores al Salario Mínimo Interprofesional, al tiempo que la cobertura de los convenios afecta al 80 por ciento de los trabajadores pero hay sectores en los que la protección del convenio colectivo sólo alcanza al 50 por ciento.  Las diferencias salariales entre los trabajadores de las pequeñas y medianas empresas y las de más de 200 trabajadores, en todos los sectores, llegan a suponer un 40 por ciento.

La renta de la que disponemos las familias trabajadoras se forma en torno al salario que percibimos en la empresa y las transferencias sociales que recibimos en forma de pensiones, prestaciones por desempleo, atención a las situaciones de dependencia, guarderías, colegios, universidad o sanidad gratuita.  Para mantener y mejorar la calidad de vida de los trabajadores el sindicato tiene que actuar en el frente de la empresa y en el de la protección social y las políticas públicas.  Desarrollar la acción sindical en la negociación colectiva en el seno de la empresa y la negociación colectiva en la sociedad.

La empresa se ha globalizado y el sindicato tiene la obligación de organizarse en una economía global.  La protección social de los Estados sufre los ataques de un neoconservadurismo que considera que cualquier transferencia social supone subvención, trabas al mercado y fomento de la indolencia y la pasividad.  El sindicato tiene en este caso la obligación de defender servicios y prestaciones públicas de calidad que son esenciales para sostener la calidad de vida y la cohesión social de las familias, que obtienen parte de su renta real de la existencia de políticas públicas que aseguran la equidad, sin la cual la libertad es pura falacia.

Dejamos para otro día la reflexión sobre los cambios en la negociación colectiva, tema esencial abordado por la Fundación Sindical de Estudios de CCOO de Madrid en los Cursos de Verano de la Universidad Complutense en El Escorial.
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