Siempre en campaña

Ya estamos de nuevo en campaña. A nivel local, la que ha montado el Partido Socialista de Madrid que nos va a permitir a los informadores locales llenar páginas y espacios en esta segunda quincena, en especial los días 27 y 28 en que se celebrará el Congreso regional. A nivel nacional, el verano y el cambio de Gobierno de Rodríguez Zapatero han interrumpido a aquellos que, ya antes del Debate sobre el Estado de la Nación, clamaban por la celebración de las elecciones generales. La consigna, sin embargo, es que ya se volverá a la carga en septiembre cuando se haya conseguido el bronceado. Será entonces cuando empiece la precampaña., sin importar que el presidente haya dicho que piensa agotar los plazos y convocar elecciones para marzo. O sea que paciencia.

Mucho se habla de la creciente abstención que se sufre  elección tras elección, pero los políticos no parecen ser conscientes del hartazgo que producen, no las campañas políticas, sino esa interminable precampaña que empieza cuando a un partido se le ocurre que "ha llegado el momento de movilizar a la sociedad". Comienza entonces un proceso que va in crescendo porque los medios de comunicación nos hacemos eco de lo que los miembros de ese partido dicen y de lo que ello obliga a responder a sus oponentes. Debería haber un pacto de Estado para limitar estas precampañas a un plazo determinado que no cansara al personal.

Pero volvamos a la campaña que hoy nos ocupa: la socialista. A pesar de la importancia que tiene la elección del futuro secretario general del partido y a pesar del despliegue que hemos hecho todos los medios locales, está claro que el tema interesa más bien poco. Una gran mayoría de los madrileños no sería capaz de dar siquiera  los nombres de los tres candidatos y mucho menos establecer las diferencias entre los diferentes programas de los candidatos.

A priori, parece que Tomás Gómez cuenta con más apoyo del aparato pero José Cepeda ha hecho una precampaña más activa. El que parece que lo tiene un poco más difícil es Manuel García-Hierro. Claro que eso puede cambiar en los próximos días, una vez que vayan siendo elegidos los 836 delegados que el día 28 elegirán al que va a ser la cabeza visible del socialismo madrileño. Un secretario general del que se espera que cierre un proceso que se inició con la moción de censura  a Juan Barranco, en 1989, y que le hizo pronunciar a este socialista de pro aquella frase histórica  de "Vamos de derrota en derrota hasta la victoria final".