Zapatero se pone, al fin, las pilas
Fernando Jáuregui
Menos mal que el presidente del Gobierno, que llegó tarde a Canarias y que no había previsto suficientemente, a mi juicio, el pavor de los incendios veraniegos, se ha puesto las pilas. Porque solamente desde una coordinación interministerial, determinada desde un Consejo de Ministros como el extraordinario y monográfico de este viernes, se puede atajar esta plaga, que incluye aspectos penales, policiales, económicos y sociales.
Ignoro quién ha planificado últimamente la agenda de Zapatero, pero se ha bordeado, contra lo que ha ocurrido en otras ocasiones, el desastre: el presidente, acudiendo a una llamada de amigos, dispuesto a modificar sus planes para asistir al homenaje, en Esplugues, a una nueva ministra, olvidando a los afectados por el apagón en Barcelona y a los que sufren los incendios -provocados, cómo no_ en Canarias, a donde ZP tenía que haber llegado mucho antes.
Por eso digo que menos mal que, in extremis, Zapatero ha agarrado el toro por los cuernos: todos los ministerios contra el fuego, y la sociedad, también. Este tiene forzosamente que ser el último verano en el que los imbéciles, la mala suerte, los psicópatas o los delincuentes, además del calor inevitable, arrasen con miles de hectáreas de nuestra riqueza medioambiental, poniendo, además, en peligro no pocas vidas.