www.diariocritico.com

Animales, animales

martes 12 de diciembre de 2006, 10:14h
Esa Puerta del Sol, corazón acelerado del Madrid navideño, trampa para el peatón y cogollo de las aglomeraciones, es como un punto de encuentro de los que esperan, desesperan, venden, reparten, trapichean, roban carteras, protestan reivindican, se manifiestan y concentran. El pasado domingo se celebraba el Día Internacional de los Derechos de los Animales. Equanimal convocó a una manifestación contra el maltratado animal. Consiguieron reunir a unas quinientas personas; por otro lado, activistas de Igualdad Animal se encerraron desnudos en jaulas de crianza de gallinas para promover la comida vegetal. Loable protesta, loable empeño ese de proteger a los animales de los malos tratos, del abandono a que se son sometidos por unos dueños que los compran como mascotas y  los abandonan cuando se cansan de jugar con ellos. Protestas porque las gallinas están en las granjas tan hacinadas como lo están muchos chabolistas en El Salobral, de quienes no se acuerdan ni los defensores de los animales, pese a vivir como los animales. Una de las manifestantes simulaba ser un trozo de carne envasada, que al parecer también es una forma de maltrato a la carne animal. También se sugería una dieta vegetariana frente al consumo de carne, aunque más de un manifestante terminara comiendo en uno de los restaurantes de hamburguesas de la zona, aunque es posible, en su descargo, que pidiera una hamburguesa vegetal.

     En cualquier caso, loable intención la de defender a los animales de la acción, a veces depredadora, del hombre, cuando no de los malos tratos que sufren, aunque hubiera sido buena oportunidad para sensibilizar a los dueños de animales del malo trato que muchos de ellos dan a esta ciudad y a los ciudadanos, permitiendo que sus perros excrementen y dejen calles, parques y jardines convertidos en una porquería, con el consiguiente riesgo sanitario. Defensa de los animales, sí, por supuesto, pero intención también de que los animales sean los amigos del hombre y no los enemigos de la pulcritud urbana.

     Los manifestantes terminaron su acción arrojando sobre la calzada agua tintada de rojo, agua que, naturalmente, no recogieron y dejaron tintado el pavimentado del corazón de Madrid. Contra el maltrato a los animales, sí; contra el maltratado a la ciudad, también. Tan civilizados para unas cosas, y tan cafres para otras.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios