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'Hespe' contra 'Gallar' o las 'tiraderas' de Madrid

viernes 24 de agosto de 2007, 12:58h

He de reconocer que la primera vez que oí hablar de ellas pensé en algo concupiscente y, por supuesto, subidito de tono, y no porque uno tenga el alma o la mirada 'sucia', como en la familia de los Serrano, sino porque muchas veces, ante la ignorancia, hay que aplicar aquello de piensa mal y acertarás.

Nunca imaginé que esa palabra implicaba tanto arte urbano o callejero reunido en tan pocas letras. 'Tiraderas', a priori, suenan a tiros en casetas de feria; a piedras que caen al río o a una cerveza depositada en el vaso o copa con mucho esmero y cuidado. Sin embargo, difícilmente puede uno pensar en el intercambio de canciones que conllevan un trasfondo filosófico, reflejo de la realidad actual.

Luego, cuando me explicaron detenidamente lo que eran, me acordé de aquellos programas televisivos de la infancia donde un artista de los pies a la cabeza, con sombrero cordobés incluido, como Juanito Valderrama y Dolores Abril se ponían a caldo, pero desde el respeto, el arte y la gracia de las letras de sus coplas. Bueno, más o menos como años más tarde interpretaron en los escenarios los hermanos Pimpinela.

Las 'tiraderas', fruto de la inmigración, han llegado a Madrid de la mano de los ecuatorianos. Si hasta ahora un conflicto se solucionaba mediante el empleo de la fuerza, ahora los jóvenes, residentes en barrios desfavorecidos, resuelven sus diferencias mediante canciones donde se intercambian, de una manera rápida, frases al más puro estilo hip-hop con ritmos reggae o reggaeton, que recuerdan a los recientes raperos.

Imaginemos una plaza cualquiera de la ciudad, donde hay una fuente en el centro y varios bancos a su alrededor. En un extremo está un grupo, liderado por una tal ‘Hespe’ (diminutivo de Hesperia), y en el otro el clan rival, encabezado por 'Gallar' (Gallardo). Pues bien, la escena podría desarrollarse así. La primera se acerca y canta "Hey, güey, la Comu está muy bien / mola mogollón visitarla en metro o en tren"; a lo que el segundo responde: "Oye, mi amol, la city está de pera / en verbena y de romera"; y luego se escucharía de forma alternativa "Mira, Gallar, yo iré a Moncloa  / y tú a la Junta de la Moncloa"; "No te confundas, deja de beber / pues yo soy el futuro que se ve"; "Bueno, papito, baja de la nube / y no chupes más de la ubre", y "Tronca, ya no aguanto más y me voy con Lloy / pues yo su sombra soy". Y la cosa no llegaría a más y no sería necesaria la intervención del Samur ni de la policía.

A esta altura de la película es necesario aclarar que en esta escenificación callejera el citado Lloy es el 'boss' supremo de los distintos clanes que operan en la ciudad. Así podría ser una 'tiradera' madrileña. Por cierto, como podrán comprobar, en este artículo no se hace referencia alguna al asunto más comentado en los últimos días en Madrid: el nuevo ofrecimiento del alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, para compatibilizar su cargo con el de diputado nacional. Eso queda para otra ocasión.

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