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Consejo de Ministros

La vacuna contra el cáncer de cuello de útero ya está en el calendario

La vacuna contra el cáncer de cuello de útero ya está en el calendario

viernes 24 de agosto de 2007, 16:43h
La vicepresidenta Fernández de la Vega, anunció este viernes en la rueda de prensa al término del Consejo de Ministros que el Gobierno ha aprobado la comercialización a partir de septiembre de 'Gardasil', la vacuna contra el virus del papiloma humano de Sanofi Pasteur MSD. "Con ello España se sitúa a la vanguardia en las técnicas de prevención y en el grupo de países europeos punteros en las política públicas de salud", aseguró.

De la Vega señaló que esta decisión ha sido tomada "en un tiempo récord" y, con, ella España se suma al grupo de países que ya han recomendado incluir la vacuna en el calendario oficial, como Alemania, Reino Unido, Bélgica, Francia o Dinamarca. El cáncer de cuello de útero, provocado por el papilomavirus, es el segundo en frecuencia en mujeres en el mundo y anualmente se producen medio millón de casos nuevos y unas 280.0000 defunciones.

En España, la prevalencia de infección por VHP es una de las más bajas de Europa. Según datos facilitados por el Ministerio de Sanidad y Consumo, en los estudios realizados en población general se obtienen resultados en torno al 3,4% detectándose valores más altos, entre un 10% y un 17%, en estudios realizados en mujeres que acuden a centros asistenciales. Se ha identificado un mayor riesgo asociado a mujeres con más parejas sexuales así como una suave tendencia decreciente con la edad.

Concretamente, la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC) estimó la incidencia de cáncer cervical en España en 2002 en 2.103 casos, lo que supone una tasa de 7,6 casos por 100.000 mujeres, una de las más bajas de Europa. La mortalidad detectada en 2005 por el Instituto Nacional de Estadística (INE) fue de 594 fallecimientos por cáncer de cuello de útero, lo que supone una tasa ajustada por edad de 2 muertes por 100.000 mujeres, con una edad media de defunción de 63 años. Las cifras de mortalidad están también entre las más bajas de Europa.

Además, recordó que con esta medida se da el cumplimiento del mandato del Congreso de los Diputados, que el pasado mes de junio aprobó una proposición no del ley que instaba al Gobierno a autorizar la comercialización de la vacuna en el plazo máximo de seis meses. De la Vega explicó que el Gobierno has autorizado la comercialización de esta vacuna tras conocer el "pormenorizado informe" presentado por el ministro de Sanidad y consumo, Bernat Soria, que incluye los estudios técnicos previos, los ensayos clínicos realizados y la situación en otros países de la UE.

"Con el fin de acelerar los trámites legales y administrativos para comercializar la vacuna y para que sea incluida en el calendario de vacunación cuanto antes --explicó la portavoz del Gobierno--, el ministro Soria informará de la decisión a la Comisión Interministerial de Precios de los Medicamentos que se celebrará en la segunda quincena de septiembre y al Pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud que tendrá lugar en octubre para que pueda pronunciarse al respecto", teniendo en cuenta los informes técnicos y las disponibilidades presupuestarias de las Comunidades Autónomas a las que corresponde la financiación.

Además, el ministro también propondrá la puesta en marcha de un grupo de trabajo específico que elabore las recomendaciones pertinentes para mejorar el cribado de cáncer de cuello de útero, en el contexto de una vacunación universal, y desarrollar campañas de Educación Sanitaria, realizar estudios periódicos para conocer los genotipos de virus del papiloma humano circulantes.

Enfermedad de transmisión sexual

El virus del papiloma humano es una de las infecciones de transmisión sexual más común, de la que se conocen más de cien tipos. La IARC considera que al menos trece de estos tipos son cancerígenos para los humanos. Aproximadamente, el 70% de los casos de cáncer de cuello de útero en el mundo son producidos por dos de estos tipos de virus. Otros dos genotipos de bajo riesgo producen un elevado porcentaje de displasias cervicales leves y más del 90% de las verrugas genitales o condilomas.

Generalmente, las infecciones por este virus ceden espontáneamente en un plazo máximo de dos años, pero pueden persistir y producir lesiones precancerosas de cuello uterino que, si no se tratan, pueden evolucionar en 20 o 30 años a un cáncer cervical. La prevalencia de infección por el VPH está asociada a la edad, siendo más alta en la etapa inmediata al inicio de las relaciones sexuales (entre los 15 y 25 años de edad). Posteriormente se produce una disminución muy marcada, hasta los 40 años, para estabilizarse a partir de esta edad.

Vacuna en mujeres sin infección previa

Existen dos vacunas frente al VPH: 'Gardasil', de Sanofi Pasteur MSD, vacuna tetravalente recombinante, que incluye los tipos 6, 11, 16 y 18 y que ha obtenido la autorización de comercialización europea, y 'Cervarix', de GlaxoSmithKline, vacuna bivalente recombinante que incluye los tipos 16 y 18, que está en proceso final de autorización por la Comisión Europea.

'Gardasil', la aprobada hoy por el Gobierno, es una vacuna para la prevención de la displasia cervical de alto grado (CIN 2/3), carcinoma cervical, lesiones displásicas vulvares de alto grado (VIN 2/3), y las verrugas genitales externas, relacionadas causalmente con los tipos 6, 11, 16 y 18 del VPH.

Se considera que su eficacia es muy alta en mujeres sin infección previa y disminuye en los estudios realizados en población general. Sin embargo, el ministerio puntualiza que la introducción de un programa de vacunación frente a VPH no eliminará la necesidad de otras iniciativas preventivas, ya que el cáncer puede estar producido por otros tipos de VPH no incluidos en la vacuna.

Así, la detección precoz mediante cribados sistemáticos es una estrategia de prevención secundaria muy eficiente para prevenir la presencia de cáncer cervical. Estos cribados deberán adaptarse a las recomendaciones sobre edad de inicio y frecuencia y la secuencia de uso de otras pruebas diagnósticas.

Además, se considera fundamental intensificar en la población de mayor riesgo (15-25 años) las políticas de educación sanitaria y sexual, con especial incidencia en la utilización de medidas profilácticas, especialmente el preservativo, así como promover campañas de educación sanitaria para evitar que la percepción de seguridad tras la introducción de la vacuna lleve a un aumento de prácticas sexuales no seguras, de forma especial entre las adolescentes vacunadas.

Desde una perspectiva de Salud Pública sobre el uso de la vacuna del VPH, la Ponencia de Programa y Registro de Vacunaciones de las Comunidades Autónomas consideró que, ante una recomendación de vacunación universal, la estrategia que garantiza una óptima efectividad es vacunar a las niñas antes del inicio de la actividad sexual, entre los 11 y los 14 años.

La Ponencia también apuntó a una especial vigilancia tras la administración de la vacuna para determinar la duración de la inmunidad y su eficacia clínica a medio-largo plazo y evaluar la necesidad de una dosis de refuerzo. Esta vigilancia debería permitir, además, conocer el comportamiento de los tipos de VPH no incluidos en la vacuna.

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