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La equidad como tarea

La equidad como tarea

lunes 27 de agosto de 2007, 03:17h
Según parece, las elites chilenas parecen haber descubierto , de una manera repentina, poniendo algunos cara de sorpresa, algo que se venía diciendo de manera persistente por organismos internacionales, sectores gremiales y la dura realidad: que Chile tiene índices de inequidad social inaceptables.

Fue la Iglesia Católica la que puso el dedo en la llaga, luego de que el presidente de la Conferencia Episcopal, Alejandro Goic, medió en una huelga de trabajadores subcontratados (un “descubrimiento” del modelo neoliberal imperante, para pagar menos por igual trabajo, eludir imposiciones y fraccionar a los trabajadores para evitar surgimiento de sindicatos).

El líder de los obispos chilenos puso en discusión el tema de la necesidad de un “sueldo ético”, apuntando a la responsabilidad de los empresarios, de los legisladores y del gobierno (muchos de ellos  se dicen cristianos).

La Conferencia Episcopal también tomó cartas en el asunto y  advirtió que “no podemos resignarnos a aceptar la inequidad y la injusticia social como datos de la realidad. No podemos separar la ética de la vida ni de la economía”.

Los datos de la realidad dicen que entre 2003 y 2006 se mantuvo "inalterada", en 1.2 por ciento, la participación del decil más pobre de la población en el ingreso nacional, mientras que la del decil más rico se redujo de 41,5 a 38,6 por ciento (Encuesta Nacional de Caracterización
Socioeconómica 2006, CASEN).

El perfil que muestra Chile es de una minoría rica que no supera el cinco por ciento de los 15 millones de chilenos, un 15 por ciento que vive en condiciones privilegiadas y un 80 por ciento que sobrevive, ahorquillado por las deudas para enfrentar sus necesidades apremiantes.

El rostro de la inequidad es en Chile multifacético: abarca a indígenas, mujeres, jóvenes, minorías sexuales, trabajadores, discapacitados, campesinos indígenas, y se expresa en discriminación (¡hasta por tener tal apellido u otro, o por vivir en tal comuna u otra!) social, educativa, en
salud, en posibilidades de progreso.

De manera que nada de esto debería ser una sorpresa.

Por lo mismo el llamado  de la presidenta Michelle Bachelet a constituir el Consejo Asesor Presidencial de Trabajo, Salario, Competitividad y Equidad Social, denominado "Hacia un Chile más justo", lo que hace es responder más que a una coyuntura, a un problema de fondo.

Y si “a grandes problemas, grandes soluciones”, la audacia y determinación de la Mandataria de convocar a  un equipo de trabajo transversal, incluyendo al ex líder de la derecha chilena,  y candidato presidencial del sector, Joaquín Lavín,  parece un signo positivo.

La Iglesia y la Presidenta piden gestos de grandeza a los actores de la economía, a los empresarios, que deben asumir, con creatividad y eficiencia, el tema de mejorar la equidad social, distribuir de mejor manera la riqueza y hacer justicia con las demandas laborales.

Como es obvio no todos han respondido con generosidad y altura de miras. Desde las organizaciones empresariales y desde la Derecha más recalcitrante, la respuesta ha sido desde  descalificar a la Iglesia hasta la cicatería de algunos empresarios, para quienes la justicia social se contrapone con sus ganancias.

Y no están dispuestos a compartirlas aunque sea en un grado mínimo.

El problema más serio que ha planteado la iniciativa de la Iglesia y del Gobierno ha sido la oposición, de la organización gremial más importante del país, la Central Unitaria de Trabajadores, que a partir de la desconfianza y el recelo se ha negado a incorporarse a la Comisión sobre la Equidad Social.

Por ahora ha preferido la interlocución a través de las protestas, la desobediencia civil, la demostración de fuerzas.

La historia dirá si esa estrategia de confrontación acaba haciendo un favor a los intereses de los trabajadores, o los aislará de la escena social, de los mecanismos legítimos de la discrepancia  y de la lucha reivindicativa, en democracia.

El Consejo Asesor Presidencial por la Equidad, como ya se conoce a la entidad, y que debe entregar los resultados de su trabajo en marzo del próximo año, tiene entonces, una gran tarea por delante.

La Presidenta advirtió que existen varios desafíos pendientes en la sociedad chilena, en materia de desempleo,  desigualdades en las remuneraciones y en la participación de la mujer, entre otros.

Bachelet instó al diálogo, a que nadie se reste de participar, a no “quedarse en la crítica" y a enfrentar "los grandes temas país con respuestas nacionales".

Pero sobre todo se trata, sin duda, de una gran responsabilidad, pero sobre todo de una oportunidad, para los actores políticos y empresariales que son los que deben materializar las recomendaciones que entregue el Consejo Asesor sobre la Equidad.

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Marcel Garcés
Periodista
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