Empiezan los movimientos internos en el partido de Pujol. En círculos nacionalistas se habla de la existencia de posicionamientos a favor de que el hijo de Jordi Pujol, Oriol Pujol Ferrusola, llegue a primera línea del poder convergente para, si se tercia, poder aspirar en cuatro años a la presidencia de la Generalitat, en vez de Mas.
Entre 32.000 y 42.000 catalanes que en las elecciones al Parlamento celebradas el año 2003 votaron a Artur Mas no han podido volver a hacerlo este 1 de noviembre pasado, porque habían muerto, según calcula David Madí, el director de campaña de CIU, en unas declaraciones al diario El Punt. Esto son unos 12.000 votos menos provocados por la defunción de supuestos votantes de CIU cada año.
Pero no todo son lamentos por el envejecimiento del electorado convergente a la calle Córcega de Barcelona, puesto que la reedición del gobierno tripartito, ahora presidido por José Montilla, ha atraído hasta la sede de Convergencia Democrática a 315 nuevos militantes en sólo un mes. La cifra de nuevos afiliados a CDC roza los 500, si se añaden los 169 que el partido de Mas ganó, de golpe, durante la campaña electoral. Pero el envés de la historia no se explica. CDC no hace públicos los datos correspondientes a las bajas de militantes en el mismo período.
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